Mandíbulas flexibles
Otro testigo de la batalla, Alyce Rosenthal, dijo a medios locales que las dos criaturas pelearon por unas cinco horas y en los últimos tramos del combate parecían exhaustas.
"No es algo que uno vea todos los días", indicó.
Las pitones de agua de esta zona normalmente comen animales más pequeños. Los cocodrilos suponen una elección más rara y arriesgada, pero con una mayor recompensa: pasarán dos meses antes de que la serpiente necesite otra comida.
"Pueden tragar un cocodrilo, no hay problema, pero este puede defenderse, así que es una opción más riesgosa que una rata", dice Bryan Fry, especialista en serpientes de la Universidad de Queensland.
La pitones matan a sus presas envolviéndolas con su cuerpo y esperan a que esta exhale para apretar su abrazo y así restringir gradualmente su respiración.
Un estudio publicado en el 2012 en Biology Letters de la Sociedad Real británica sugirió que las serpientes pueden sentir el latido del corazón de sus víctimas, así que saben cuando su presa deja de respirar y pueden conservar la energía para el siguiente paso, que es tragarla.
En el 2005 en Florida, EE. UU., una pitón de Birmania de cuatro metros intentó tragar un caimán, pero explotó de forma espectacular, quizás porque era demasiado grande o porque le cortó una arteria.