Muchas personas posponen la hora de ir a la cama para hacer otras actividades, como si dormir fuera una pérdida de tiempo. Pero cada vez más estudios confirman lo obvio: que el sueño es vital para la salud.
Según los expertos, casi todas las células del cuerpo se afectan cuando esta función se interrumpe. Por lo tanto robarle tiempo a esta fundación reparadora tendría efectos negativos en muchos órganos, desde el corazón hasta el sistema inmunológico. Se ha establecido que entre 7 y 8 horas en brazos de Morfeo son indispensables para tener una salud óptima. Estas son siete consecuencias nefastas de no dormir lo requerido.
1) CORAZÓN
Hay evidencia científica de que los riesgos de infarto y derrame son mayores entre las personas que duermen menos de seis horas en la noche. Un estudio publicado la semana pasada en la revista European Preventive Cardiology mostró que el efecto de no dormir para el corazón es comparable al de fumar. El mal sueño puede incluso elevar la presión arterial y aumentar el nivel de calcificación de las arterias coronarias. Así mismo se ha asociado con un incremento en los procesos inflamatorios, que se cree, influyen en la aparición de la enfermedad cardiaca.
2) CÁNCER
El riesgo de cáncer es más elevado en las personas que no duermen bien según un estudio hecho por investigadores japoneses. En el trabajo, para el cual participaron 24.000 mujeres, se descubrió que aquellas que duermen menos de seis horas sufren más de cáncer de seno. Otros estudios señalan que menos de seis horas de sueño aumenta el riesgo de desarrollar pólipos en el intestino y en consecuencia una mayor propensión al cáncer de colon.
3) METABOLISMO Y AUMENTO DE PESO
Los procesos en el interior de la célula se vuelven más lentos cuando el sueño se interrumpe. Además, las personas que pasan más tiempo en estado de vigilia durante la noche tienden a comer más. Como si fuera poco, la hormona leptina, que es la encargada de dar la sensación de saciedad al cerebro, trabaja menos cuando este órgano no ha tenido suficientes horas de sueño. Su contraparte, la ghrelina, una hormona que activa el apetito, aumenta su nivel. Todo esto lleva a que la falta de un buen descanso nocturno genere el riesgo de un aumento de peso. Además se calcula que una persona que duerme poco tiene 2,5 más probabilidades de tener diabetes.
4) EL CEREBRO
Teniendo en cuenta que el sueño está involucrado en los procesos de aprendizaje, una buena noche de descanso es esencial para tener un día productivo. El cerebro es más agudo y piensa mejor después de dormir y esto crea las condiciones óptimas para el aprendizaje. Está probado que la gente que no duerme bien tiene un desempeño menor en matemáticas y lógica, dificultad para concentrarse y aprender nuevas cosas y una baja en la actividad creativa. Así mismo toma malas decisiones y corre riesgos innecesarios. Por ejemplo, en pruebas científicas se ha descubierto que quienes no han dormido se comportan ante el volante como lo haría un borracho.
5) SISTEMA INMUNOLÓGICO
Dormir poco hace a las personas más susceptibles a infecciones, gripas y resfriados. Un estudio de la Universidad Carnegie Mellon hecho entre 153 individuos encontró que quienes duermen menos de seis horas tienen más síntomas de gripa que aquellos que duermen más de ocho horas, cuando ambos han sido expuestos a dicho virus.
6) HORMONAS
Los niños y jóvenes son particularmente susceptibles a la falta de sueño, pues sus organismos secretan en este estado las hormonas de crecimiento. Privarlos de horas de sueño interrumpiría ese proceso.Estas hormonas además son cruciales para formar la masa muscular y reparar los tejidos y células en todas las edades.
7) COMPORTAMIENTO Y ÁNIMO
El sueño interrumpido aumenta el riesgo de deprimirse y abusar de sustancias, especialmente entre quienes sufren de síndrome de estrés postraumático. Un estudio publicado recientemente en la revista Neuroscience demostró que dormir poco aumenta la preocupación excesiva, lo cual generaría pérdida de memoria y aumento de ansiedad.
Cuánto es lo normal
Según los expertos el número de horas de sueño cambia de acuerdo a la edad.
Recién nacidos: 16 a 18 horas diarias
Niños de 3 a 5 años: 11 a 12 horas
Niños de primaria: 10 horas
Adolescentes: 9 a 10 horas
Adultos: 7 a 9 horas
Para dormir bien
Ejercicio: La actividad física cansa y ayuda a dormir pero solo si se hace tres horas antes de ir a la cama.
Dieta: Comer cosas pesadas en la noche puede traer pesadillas. Ciertas bebidas como el café desvelan. El vino, y en general el alcohol, son engañosos pues aunque al principio adormecen luego pueden dejar a la persona como un bombillo.
Manejo del estrés: Las preocupaciones activan la mente y esto aleja el sueño. Para relajarse antes de dormir se aconseja un baño caliente, meditar o leer cosas aburridas.
Desconéctese: Las pantallas y las luces engañan al cerebro sobre el día y la noche. Lo mejor es desconectar todos estos aparatos una hora antes de ir a dormir.