COVID-19
¿Tiene sentido mezclar vacunas sin justificación científica?
La decisión de las autoridades sanitarias de no completar la pauta de vacunación a aquellos que han recibido la primera dosis con la vacuna AstraZeneca abre un debate sobre qué hacer a continuación.
¿Es mejor completar la pauta con otra vacuna comercializada? ¿O tal vez dejar sin vacunar a estos individuos? En primer lugar hay que decir que esta decisión ha sido tomada en contra de la recomendación de los principales organismos reguladores (EMA,OMS) y de forma unilateral, sin contar con la opinión de las principales sociedades científicas de nuestro país. Vaya por delante que, de lejos, la mejor opción para estos individuos que han recibido la primera dosis es que completen la pauta vacunal con la segunda dosis de la misma vacuna, dado que a día de hoy no hay ninguna justificación científica para no hacerlo.
El riesgo asociada a la vacunación con AstraZeneca es infinitamente menor que el beneficio que se obtiene con la vacunación. Y ese es precisamente el principio fundamental que rige la administración de cualquier medicamento. No podemos olvidar que las vacunas, como cualquier otro fármaco de los que a diario toma la población, no están exentas de reacciones adversas graves. Pero que son los organismos reguladores, en un proceso llamado de farmacovigilancia, quienes establecen el riesgo/beneficio asociado.
En este caso concreto, a pesar del ruido mediático y la infoxicación a la que esta vacuna está siendo sometida, claramente el beneficio asociado a la vacunación excede con mucho el riesgo de administrarla. Por tanto, una vez aclarado que la mejor opción sigue siendo completar la pauta vacunal con la misma vacuna, la duda que se plantea en caso de no autorizarse es si mezclar vacunas de diferente proveedor o dejar sin completar la pauta vacunal.
Normas básicas para mezclar vacunas
Los principios generales de vacunación establecen que se debe evitar en todo momento mezclar vacunas de diferente proveedor. Pero en determinadas ocasiones puede suceder que no haya disponibilidad de vacunas o bien que no se haya registrado adecuadamente la marca de la primera vacuna administrada.
En este tipo de situaciones “especiales”, la recomendación es siempre completar la pauta vacunal con otra vacuna diferente. Pero siempre tratando de cumplir cuatro normas básicas:
- Que las vacunas tengan la misma indicación y calendario de administración.
- Que hayan sido autorizadas para la misma franja de población.
- Que contengan el mismo tipo y cantidad comparable de antígeno vacunal.
- Que tengan perfiles de seguridad, eficacia, inmunogenicidad y reactogenicidad similares.
En este caso concreto, mezclar vacuna de AstraZeneca con vacuna de Pfizer, como se ha propuesto, incumpliría el punto 3. Ambas vacunas emplean estrategias de inmunización diferentes (vector viral vs ARNm) y por tanto ni contienen el mismo tipo de antígeno ni la misma cantidad.
AstraZeneca y Pfizer usan estrategias de inmunización diferentes
Se puede afirmar que, en ambos casos, el antígeno vacunal final es la proteína S. Pero el modo en que nuestro sistema inmunitario va a recibir la señal es completamente diferente en ambas estrategias.
La vacuna de AstraZeneca emplea un adenovirus como vector viral para producir la proteína S en nuestro cuerpo y estimular nuestro sistema inmunitario. Por el contrario, en la vacunación con Pfizer son las propias células musculares las que producen la proteína S viral tras recibir las instrucciones en forma de ARNm.
Eso implica que los primeros pasos en la vía de inmunización son completamente diferentes entre una vacuna y otra. Así que el modo en que nuestro sistema inmunitario recibe la señal va a ser diferente. Precisamente los fundamentos de la vacunación consisten en repetir varias veces un estímulo para generar memoria inmunológica que proteja a nuestro organismo cuando se tenga que enfrentar al verdadero patógeno infeccioso.
Si esta diferencia en la estrategia de inmunización afecta a la inmunogenicidad/efectividad con el uso de un esquema mixto de vacunación es algo que a día de hoy ignoramos. Actualmente hay en desarrollo varios ensayos clínicos que precisamente tratan de analizar el efecto de combinar ambas vacunas (estudio COM-Cov en Reino Unido), pero los resultados de este estudio aun no han sido publicados.
A priori, y basándome en estudios previos de combinación de otras vacunas, podemos esperar que los resultados de efectividad sean igual o incluso mejor que emplear la misma vacuna. Pero, como todo en ciencia, debe ser demostrado antes de realizar una vacunación masiva de la población.
El despropósito de vacunar masivamente sin un ensayo clínico controlado
Desde el punto de vista científico supone un despropósito realizar una vacunación masiva con un esquema mixto sin antes haber realizado un ensayo clínico controlado para valorar seguridad y efectividad. Sobre todo cuando no existe justificación científica alguna para hacerlo. Cuando todo está motivado por un enorme ruido mediático e infoxicación diaria en los medios de comunicación.
Además, viendo los continuos cambios de criterio por parte de nuestras autoridades sanitarias, no es muy descabellado pensar que en poco espacio de tiempo se volverá a autorizar la administración de la vacuna de AstraZeneca a instancias de las continuas recomendaciones oficiales de los organismos reguladores en materia de seguridad vacunal.
Por tanto, casi es preferible la administración de una segunda dosis de la misma vacuna aunque sea fuera del plazo indicado en la ficha técnica que los “experimentos” no controlados de mezclar vacunas sin haber demostrado seguridad/efectividad.
Por: José Gómez Rial
Facultativo Especialista de Inmunología. Servicio Gallego de Salud (SERGAS). Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), SERGAS Servizo Galego de Saúde
Artículo publicado originalmente en The Conversation