“Mauricio Leal tenía proyectos y siempre estaba feliz, muy apegado a Dios”

Hay conmoción en el país por la muerte del estilista caleño Mauricio Leal, de 47 años de edad y uno de los más reconocidos en el país en su disciplina. Vivía en la vía de La Calera, en los cerros orientales de Bogotá, específicamente en el condominio Arboretto, y fue hallado muerto en su casa, al igual que su madre, de nombre Marleny Hernández. Las autoridades investigan una carta que dejó el estilista en la cual se lee: “Los amo. Perdónenme, no aguanto más. A mis sobrinos y hermanos dejo todo. Con todo mi amor, perdóname, mamá. 11.24″. El último número estaría relacionado con el 24 de noviembre, fecha que es objeto de investigación.

Fue su hermano Jony Rodolfo Leal quien llegó a la vivienda de La Calera, el lunes 22 de noviembre, y los encontró muertos. Su hermano y su madre aparecían con heridas en el cuerpo y en una escena de sangre que ahora es objeto de investigación. De acuerdo con Jony, él fue al condominio Arboretto porque su hermano no se presentó a la peluquería que tenía en la Zona Rosa de Bogotá y al llamarlo al celular no respondía. Tampoco respondía su madre. Ese lunes, aseguró, su hermano le dijo en la mañana que no contaría con la empleada del servicio, que no sería necesario. Sin embargo, corrieron las horas y ninguno respondía. Cuando decidió ir a casa de su hermano, se vio en la necesidad de entrar por una ventana que quedó abierta y, al ingresar, la señora Marleny Hernández estaba muerta, cubierta por una sábana, y su hermano con un cuchillo incrustado en el abdomen, ya también fallecido. A su lado, la carta referida.

Vea el especial y la entrevista de SEMANA sobre la muerte del estilista Mauricio Leal

Martha Pinilla, su amiga y colega, su compañera de viajes a varios países, la misma que era su mano derecha asistiendo en belleza a personas de la farándula colombiana, habló con SEMANA. Según destacó, Mauricio Leal era una persona alegre y por ello instó a no sacar conclusiones tras lo acontecido hasta no tener resultados de las pesquisas.

“Mi experiencia con él fue desde 2013. Fue mi mentor y quien me impulsó a tener mi propia empresa. Una persona que nos impulsaba a capacitarnos, a llevar a la peluquería muy alto, como él lo soñaba. Era una persona muy dulce, muy soñador, jefe. Se caracterizó por el buen trato hacia nosotros”, aseguró Pinilla. Respecto a algún problema del estilista, su amiga señaló: “La verdad, no. Por temas de la pandemia nos alejamos muy poco, él estaba en unas terapias, pero él tenía sus proyectos, soñaba con su nueva peluquería. Siempre nos hablaba de abrir este nuevo negocio. Siempre lo vi feliz, con entusiasmo, espiritual. Muy apegado a Dios y ese es el recuerdo que tengo de él”, aseguró.

Según dijo, la última vez que estuvieron juntos fue en casa de él, en La Calera. Almorzaron, tomaron unas copas y departieron. “Estuvimos en su casa y pasamos un momento muy agradable, muy de familia”.

El hermano y ahora testigo en este proceso les dijo a los investigadores que el estilista sufría de “una enfermedad crónica y de dolor fuerte que le generaba el consumo de medicamentos analgésicos”. Eso también, junto a la carta, el arma encontrada y otras versiones, ahora son parte de la investigación.

Un fiscal de la Unidad de Vida de la Seccional de Bogotá asumirá la investigación y tratará, a partir de los elementos de prueba, determinar qué ocurrió en esa vivienda y si las versiones que entregaron los testigos a los agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones coinciden con los hallazgos de Medicina Legal, luego de la necropsia a los cuerpos.

SEMANA confirmó con fuentes que los quince investigadores no descartan que el supuesto suicidio haya sido un homicidio y la supuesta carta y las heridas sean parte de una puesta en escena para simular que el estilista se quitó la vida. Son hipótesis y las autoridades están adelantando los trabajos respectivos.