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¿Cómo enfrentó EPS Sanitas la pandemia y ahora la reactivación?
Mientras que muchas empresas cerraban y los trabajadores perdían sus empleos por la pandemia, los médicos y el personal de la salud fueron los más solicitados. EPS Sanitas cuenta con más de 9.000 empleados.
Uno de los sectores más dinámicos de la economía es el de la salud. Tuvo que afrontar la pandemia y ha cumplido un papel protagónico en la reactivación del país. La EPS Sanitas forma parte de los grandes jugadores que se reinventaron rápidamente para afrontar el gran reto.
En solo dos años, esta EPS, que pertenece al Grupo Keralty, incrementó su fuerza laboral, número de usuarios, infraestructura, reinyección financiera y tecnología para atender la pandemia y la pospandemia.
Este año, cuando empezaba a normalizarse tras el gran reto del coronavirus, asumió el traslado de más de un millón de usuarios de EPS liquidadas por el Gobierno. De esta manera, pasó de atender 4,6 millones en 2021 a 5,3 millones entre contributivos y subsidiados, lo que equivale a un crecimiento del 14 por ciento frente al año pasado.
Sylvia Escovar, presidenta de la Junta Directiva de la EPS Sanitas, señala que están “felices de recibirlos” y que se ajustan para poder atenderlos. Esto requiere la creación de más centros médicos de atención primaria, inversiones que comenzaron el año pasado y que siguen en 2022 gracias a una inyección de 100 millones de dólares del Grupo Keralty.
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Las adecuaciones de las unidades de cuidados intensivos, así como la estrategia de vacunación tomaron parte de esta cifra el año pasado. Para este avanzan en nuevos centros de atención, como la entrada en operación de una clínica en Ibagué y otra clínica de especialistas en Bogotá.
“El modelo de salud en Sanitas viene de la atención primaria: si uno cuida a la gente antes, logra que no se enferme. Creo que una gran porción de lo que vamos a invertir será en esos centros médicos de atención primaria”, dice Escovar.
En 2021, hablando únicamente de la atención de la pandemia –vacunación, pruebas y telemedicina, entre otros–, invirtieron cerca de 90.000 millones de pesos, cuantía que no incluye los costos de la atención médica. “Esta inversión junto con la gestión de nuestro equipo humano nos permitió manejar cifras de letalidad y mortalidad por debajo de las generales del país”.
La EPS Sanitas cuenta con 9.300 empleados –a corte de marzo de 2022–, con un crecimiento de casi el 90 por ciento frente al cierre de 2018. Estos colaboradores, tanto directos como indirectos, soportan las tres dimensiones en las que trabajan: una, la sanitaria, que son quienes atienden en las clínicas y centros de salud; dos, la comunitaria, desde la que acompañan a personas y familias para evitar que se enfermen; y, tres, la parte social, como centros de atención para personas mayores o con enfermedades de salud mental.
Un desafío para la EPS Sanitas fue coordinar y garantizar que la atención llegara a todas las regiones en lo presencial y virtual. “La verdad, para mí es de las cosas más heroicas, realmente, que pasó durante la pandemia. Así como mucha gente no podía trabajar, los médicos fueron los que trabajaron más, y se contrataron más en EPS porque entonces empezamos a mandar médicos a las casas”, cuenta Escovar.
El número de hospitalizaciones dentro de casa creció. Y esto conllevó contratar más personal médico para atención domiciliaria y también para telemedicina, con la capacitación correspondiente.
Dentro de los planes para este año, se incluye la apertura de 23 centros médicos nuevos para llegar a 83 infraestructuras de este tipo a nivel nacional. Asimismo, continuarán fortaleciendo la atención a sus usuarios, pasando de 72 oficinas a 90 al cierre de este año.
Para 2022 esperan invertir cerca de 420.000 millones de pesos, concentrados principalmente en el equipo humano. Destacan que esta cifra es la más alta en la historia de la EPS e implica un crecimiento de 230 por ciento en comparación con lo que invirtieron en 2018 y un 20 por ciento frente a 2021.
Por otra parte, para continuar fortaleciendo la agilidad del servicio y la cercanía a los usuarios, inyectarán cerca de 50.000 millones de pesos en materia de tecnología, también el monto invertido más alto relacionado con telemedicina en la historia de EPS Sanitas.
En cuanto al empleo en general, Escovar considera que debe ir a la par del crecimiento económico (6 por ciento), pero se necesita que sea empleo formal: “La informalidad nos está matando. Necesitamos flexibilidad en la forma de emplear. Creo que una de las cosas importantes que se debe hacer, y que quizás el próximo Gobierno tenga la oportunidad de hacerlo, es una reforma laboral”.
Superar las dificultades en la cadena de suministros, del mismo modo que la llegada de productos que la guerra entre Rusia y Ucrania están obstaculizando, inflaciones superiores al 8 por ciento que detienen la reactivación en algunos sectores son las nuevas preocupaciones de esta EPS y del sector.
Por otra parte, 2021 fue un buen año para EPS Sanitas después de la normalización. “Cerró muy bien, lo más importante es que cerramos con unos resultados muy buenos en términos de salud de los colombianos. Yo me atrevería a decir que fue la EPS que mejor resultados tuvo en el manejo del covid, la menor tasa de mortalidad, por ejemplo, que es muy importante, y todo el tema de vacunación”, destaca Escovar.
Dentro de los desafíos los ha impactado “muchísimo” que el índice de precios al productor esté casi tres veces disparado frente al índice de precios al consumidor. “Ahora en el sector salud lo que se paga es una unidad por persona para que atendamos a esos usuarios, y se hace con una canasta que tiene un valor y que ha venido creciendo muchísimo, precisamente, porque se han incrementado todos los medicamentos, los equipos, la tecnología. Entonces, este año yo creo que nos vamos a ver en problemas”, explica Escovar, quien está a la expectativa de la revisión de esta metodología por parte del Gobierno nacional.
Muchas cicatrices deja la pandemia, algunas se mantienen y otras no. A la líder de Sanitas una de las que más le preocupa es la salud mental. “La pandemia nos dejó grandes problemas de salud mental, que de pronto existían, pero que se exacerbaron y que van a necesitar unos cuidados muy diferentes a los que se tenían antes, y unas capacitaciones en cómo manejarla”, señala.
Y la otra cicatriz que le preocupa son las personas que sobrevivieron a la covid-19, pero que quedaron con complicaciones respiratorias, de movimiento y otro tipo de problemas. Ante ello, Sanitas ha creado centros para el cuidado poscovid. Se suman a esta población los enfermos con situaciones complejas que venían siendo atendidos antes de la pandemia, pero que, al aparecer el coronavirus, suspendieron los tratamientos y su salud empeoró. Escovar reconoce que, como consecuencia de esta situación, han tenido una avalancha de personas más enfermas no solo de los propios usuarios, sino de los nuevos que llegaron de las EPS liquidadas.
Con la pandemia quedó un tema en stand by para las EPS: la ley de punto final en la que se contempla “trabajar en la identificación y valoración de las posibles deudas del Gobierno nacional y los departamentos con las EPS y las IPS”. Escovar reconoce que el Gobierno sí ha trabajado en esta promesa, pero la solución se demora. A Sanitas le deben cerca de 500.000 millones de pesos.
Para esta líder, pese a los desafíos del sector, “el sistema de salud es una maravilla porque el 99 por ciento de las personas están cubiertas y tienen los mismos derechos, y están los recursos para cumplir con ese servicio, que el Estado les está dando en este momento a través de su sistema. Pero hay algunos lugares donde esa calidad no es la misma; entonces, hay que llegar ahí con esa infraestructura”.
Con la reacomodación de EPS, el sistema “se ha estresado por sitios”, pues hay lugares donde no hay suficientes IPS que puedan ofrecer el servicio. Sin embargo, destaca que tanto la red de clínicas y hospitales públicos como el complemento de la red privada hacen que se pueda atender a las personas que hoy están en el sistema.
La covid deja herencias como la tecnología digital en la medicina. “El hecho de poder tratar a alguien que está en el Putumayo con un superespecialista que está en Cali, en Cartagena y Barranquilla, y que casi pueda sentir su pulso o saber si tiene fiebre o no, eso es una tecnología que acerca al paciente con la persona que lo va a tratar, y que, definitivamente, de no ser por la pandemia no hubiera sido tan rápido que lo hubiéramos hecho”, destaca Escovar.
Otra de las herencias es la digitalización para pedir citas (vía WhatsApp y otros canales), que también sirvió para que las hojas de vida médica estuvieran digitalizadas, facilitando el diagnóstico y ahorrándoles tiempo a los galenos.
Además, está pendiente un cambio regulatorio: hablar de la UPC (lo que se les paga a las EPS por cada persona tratada) por riesgos, es decir, pagarles más a quienes tratan enfermedades más costosas, y que haya un incentivo para que la gente trate bien a los pacientes que vienen con enfermedades caras. “No es lo mismo tratar una gripa que un cáncer”, advierte la presidenta de la Junta Directiva de Sanitas.
Y cierra su mirada a los dos últimos años haciendo un llamado para revisar los precios de los medicamentos. “Yo creo que eso tiene que avanzar mucho, más conversaciones se tienen que dar para lograr que sean más accesibles a todo el mundo”, concluye.