CEMENTO

Tomando impulso

La infraestructura y la construcción de vivienda le han dado un gran impulso a la industria cementera. Nuevos jugadores subieron a la plataforma para aprovechar el buen momento del sector.

21 de mayo de 2016
Jaime Hill Tinoco (Presidente de Holcim), Carlos Jacks (Presidente de Cemex), Juan Esteban Calle (Presidente de Argos), Juan Manuel Ruiseco (Presidente de Ultracem) y Fidel Cortés (Presidente de Cementos Tequendama). | Foto: Gabriel Peña

De estar bajo el dominio de tres compañías, todas con gran músculo financiero, el sector cementero en Colombia pasó a tener más de una docena de jugadores que quieren una tajada del apetitoso mercado. Fabricantes como Ultracem, que abrió operaciones hace tres años en el Atlántico, o Cementos Tequendama, San Marcos, Andino y Del Oriente –entre otros– compiten en el mercado con las poderosas Argos, Cemex y Holcim.

El impulso que el gobierno le ha dado a la infraestructura, con la Cuarta Generación de concesiones viales y la construcción de vivienda, ha favorecido la industria cementera, que está pasando por un gran momento. Los despachos de cemento gris crecieron 7 por ciento el año pasado, con 12,8 millones de toneladas. La demanda es más notoria en algunos departamentos de la costa Atlántica donde los despachos crecen por encima del 20 por ciento.

De ese buen momento da fe Cementos Argos, la principal compañía de este sector. En 2015 reportó utilidades por 491.000 millones de pesos, 81 por ciento más que el año inmediatamente anterior. La producción también alcanzó una cifra récord con 6 millones de toneladas solo en Colombia, sin contar el exterior.

Gracias a que Cementos Argos recibe en dólares el 62 por ciento de sus ingresos, la devaluación jugó a su favor. Jorge Mario Velásquez, quien dejó la presidencia hace unas semanas para asumir las riendas del grupo, reconoció que el plan estratégico trazado por la compañía hace una década rindió sus frutos, pues pasó de ser jugador local a multinacional. Hoy Argos tiene presencia en Estados Unidos y el Caribe, con 13 plantas de cemento, más de 380 plantas de concreto y 25 puertos y terminales, con lo que se posiciona como uno de los mayores productores en la región.

La mexicana Cemex también está aprovechando el boom del momento. Por eso decidió incursionar en otros segmentos. Uno de ellos es el sector de ferreterías en el que ya cuenta con 250 establecimientos. También ofrece los servicios de remoción de escombros gracias al auge de la construcción, y tiene una fábrica de aditivos para la industria. Carlos Jacks, su presidente, dice que, a diferencia de Argos, a Cemex sí la impactó la devaluación del peso, pues asume en dólares el 25 por ciento de sus costos.

Por su parte, la estrategia de Holcim está encaminada a ganar mayor participación de mercado pero también a fortalecer su presencia en el segmento ferretero, a través del programa NuestraRed, al que están afiliados cerca de 80 establecimientos en Colombia y más de 2.000 en América Latina. El otro programa es Ruta Maestra, con el que capacitan a las personas que trabajan en el sector de la construcción. Luego de fusionarse con la cementera francesa Lafarge, negocio oficializado el año pasado, nació la empresa de construcción más grande del mundo, por lo que la compañía está jugando duro en los mercados en los que está presente.

Cementos Tequendama invirtió 60 millones de dólares en los dos últimos años con el fin de poner en marcha un nuevo horno para sacar clínker con menos emisiones contaminantes y menos consumo de agua y energía. Adicionalmente, la compañía prevé inversiones por otros 10 millones de dólares para seguir adelante con el proceso de expansión en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Huila, Tolima y Santander, donde tiene mayor presencia, con el fin de aprovechar la coyuntura económica.

Cementos San Marcos, una cementera más pequeña del Valle del Cauca, también lleva a cabo un plan de expansión que contempla inversiones por 30 millones de dólares en los próximos dos años.

Las empresas del sector tienen buenos cimientos para seguir apostando duro en el sector de la construcción, en el que el gobierno tiene puestas sus esperanzas para reemplazar al sector petrolero, que vive uno de sus momentos más complejos.