Salud

Aborto espontáneo: qué es y por qué sucede

Un estudio reveló que esta condición de salud es la más buscada por los colombianos en Google. SEMANA consultó dos expertos para resolver las dudas más frecuentes sobre el tema.

10 de mayo de 2019
La manifestaciones principales son sangrado y dolor.
La manifestaciones principales son sangrado y dolor. | Foto: Getty Images/iStockphoto

De acuerdo con un informe elaborado por la plataforma Doctoralia, el aborto espontáneo es la condición de salud más buscada a nivel nacional. Este padecimiento se define como la pérdida del embarazo sin inducción, antes de las 20 semanas de gestación. Y aunque muchos podrían pensar que es poco frecuente, según los expertos, 2 de cada 10 embarazos en el mundo, no terminan su proceso natural.

Los riesgos para la madre están relacionados con infecciones que ocurren después del aborto.

Muchos especialistas explican que la mayoría ocurren por una malformación cromosómica en el feto que no deja que éste se desarrolle totalmente. Pero también existen otras causas como la obesidad, las toxinas ambientales, enfermedades de la madre, o problemas hormonales que afectan el desarrollo del niño. Las razones son muy variadas y la verdad es que le puede pasar a cualquier mujer. Sin embargo, hoy es poca la información que las mujeres tienen sobre por qué sucede y cómo prevenirlo. Una de las razones es la ausencia real de cifras y el tabú que supone hablar de aborto.

Pero una encuesta sobre el tema realizada por la compañía Ava en 2018 ofrece un panorama del aborto espontáneo. Luego de entrevistar a 2.500 mujeres estadounidenses, encontró que el 28 por ciento de ellas creía que el aborto espontáneo era menos frecuente de lo que en realidad es. 70 por ciento, además, creía haberlo sufrido por estrés y el 27 por ciento se culpaba a sí misma por haber hecho algo mal durante su embarazo.

Pero la realidad es que no es así, dice Cecilia Hernández, ginecóloga de Doctoralia y médica de la Universidad del Rosario. Aunque el aborto espontáneo supone una pérdida traumática para la mayoría de las mujeres, según ella, la especie humana no es tan eficiente por lograr embarazos como se cree. “Esa es la razón por la que el 80 por ciento de parejas pueden tardar hasta un año para embarazarse y 2 de cada 10 puede terminar en una pérdida natural”.

Según ella, la mezcla genética de un espermatozoide y óvulo puede fallar al azar, incluso sin una razón genética de por medio. “Los espermatozoides y los óvulos son dos discos duros con información muy compleja que al mezclarse puede fallar por cualquier razón”, explica. Y si ocurre, que es normal, la naturaleza tiene puntos de control para procurar que la mayoría de embarazos que lleguen a un término sean sanos, por lo que si detecta alguna alteración, la naturaleza lo detiene.

“El consejo que se le da a la gente es que uno se ilusione hasta que pase la semana 12. Antes siempre hay riesgo de pérdida”

Para Alejandro Bautista, ginecólogo y profesor de la Universidad Nacional, un aborto espontáneo puede clasificarse de distintas maneras. El primero es cuando el útero expulsa los productos de la gestación de la concepción, que son el feto, la placenta o el líquido amniótico antes de la semana 22. Y el segundo cuando se produce antes de la décima semana. Este último según Bautista, generalmente ocurre por una malformación o alteración en los cromosomas de los embriones que producen la muerte y en algunos quedan retenidos dentro del vientre.

En los casos en los que el aborto ocurre dentro del plazo de las diez semanas, lo más común es que los médicos busquen expulsarlo mediante medicamentos. Pero si el feto supera esa fecha, puede recurrirse a un legrado a un raspado de la cavidad uterina. “Se hace de manera instrumental o por aspiración, como una jeringa especiales, que producen vacío y extrae lo que hay en el útero", explica Bautista.

Pero ambos expertos advierten que no hay que preocuparse de más. Cuando ha sido el único embarazo la más probable es que haya sido por un azar genético y no habrá ningún problema en el futuro. Sin embargo, si es recurrente y se presentan dos casos o más, puede tener que ver con malformaciones en el útero, la placenta o ciertas enfermedades de la mujer. “Hay infecciones que pueden aumentar los riesgos de perder un bebé como la toxoplasmosis. También la diabetes”, dice Bautista. Los estudios también han demostrado que las mujeres con más de 40 años tienen el doble de probabilidad de sufrir un aborto espontáneo. Y el riesgo también es más grande en los casos de embarazos secuenciales, o sea, los que ocurren a menos de tres meses después del parto.

2 de cada 10 pueden terminar en una pérdida natural sin que eso indique que no se va a poder tener un hijo o que hay algo grave

La manifestaciones principales son sangrado y dolor. Pero también puede ocurrir que el embarazo vaya bien y no se descubra que el latido del corazón del embrión dejó de latir hasta la próxima consulta. Por eso es importante que los padres cumplan a cabalidad con los chequeos. Descubrir que algo anda mal es un proceso que puede tardar, sobre todo en el caso de los abortos retenidos, pues la única manera de verificar que sucedió el aborto es a través de una ecografía. “Es la única forma que tenemos para ver por dentro del feto”, explica Hernández.

Los riesgos para la madre están relacionados con infecciones que ocurren después del aborto. Pueden ocurrir enfermedades del útero, leucorreas, inflamación del cuello de la matriz o flujos. Pero una de las más importantes y que casi nunca se cualifica es la psicológica. “Las madres adoptan una ilusión que no se cumple y muchas veces puede desencadenar depresión o malestar emocional en los pacientes”, dice Bautista. Hacer un seguimiento por consulta en ginecología, valorar el componente emocional y el físico, es importante para reducir estos impactos.

En ese sentido, para ambos es fundamental hacer una valoración previa al embarazo donde el ginecólogo explique cuáles son los riesgos y qué recomendaciones deben tener, asistir puntuales a los controles para verificar que el bebé está evolucionando de manera normal y, por último, pero no menos importante, ser siempre conscientes de que 2 de cada 10 pueden terminar en una pérdida natural sin que eso indique que no se va a poder tener un hijo o que hay algo grave. “El consejo que se le da a la gente es que uno se ilusione hasta que pase la semana 12. Antes siempre hay riesgo de pérdida”, afirma Hernández.