Medio Ambiente
Alaska afronta grave crisis climática por calor intenso: se le denominó ‘icemagedón’
El departamento de transporte del estado señaló a través de su cuenta en Twitter: “estamos viviendo una serie de tormentas invernales sin precedentes”.
El interior de Alaska atraviesa condiciones climáticas extremas esta semana marcada por récords de calor e inusuales cantidades de nieve y lluvia que han causado caos en varias comunidades del estado más frío de Estados Unidos.
Enormes capas de hielo bloquean carreteras e imposibilitan el tránsito en Fairbanks, la segunda mayor ciudad de Alaska, informó el departamento de transporte del estado que alerta sobre el “icemagedón”.
La entidad señaló a través de su cuenta en Twitter que “estamos viviendo una serie de tormentas invernales sin precedentes. Todo el personal disponible está trabajando muchas horas”.
Rick Thoman, especialista en clima de la Universidad de Alaska, en Fairbanks, calificó de “muy inusuales” las condiciones de los últimos días alertando sobre cómo el cambio climático, provocado por la quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas, altera los patrones meteorológicos.
Tendencias
Horas después de que los termómetros de la isla de Kodiak, en el sur, alcanzaron los 19ºC, la temperatura más caliente para un diciembre en Alaska, el interior del estado registró 25 milímetros de lluvia en algunas horas, más de lo esperado entre diciembre y enero en esta región.
“Esto causó una helada drástica. Graves problemas de transporte y más de la mitad de la población de Fairbanks se quedó sin electricidad durante la tormenta. Un clima muy extremo en ese sentido”, dijo el experto a la AFP.
Thoman explicó que en la región tales cantidades de lluvia no son esperadas en esta época y sólo fueron registradas una vez en el último siglo, en 1937.
El investigador detalló que la causa inmediata de la lluvia fue la elevada presión sobre el norte del Golfo de Alaska que elevó los termómetros en la isla de Kodiak y los vientos que trajeron humedad desde Hawai hacia el norte.
“Este tipo de cosas, alto contenido de humedad y aire muy caliente es exactamente lo que esperamos con el calentamiento del clima. Con las temperaturas oceánicas más calientes de lo que eran, hay más agua evaporándose a la atmósfera”, dijo Thoman. “Cuando todos los ingredientes se juntan, tenemos estos eventos sin precedentes”.
Al sur, en Seattle, nuevas nevadas cancelaron en la víspera (jueves) casi 300 vuelos, entre llegadas y salidas en el aeropuerto internacional Sea-Tac, informó el portal FligthAware.com. Con esto van más de 1.400 vuelos cancelados o atrasados esta semana en el puerto debido a las fuertes nevadas que azotan al estado de Washington.
En California, la nieve y persistentes lluvias también continúan causando estragos. Mientras las precipitaciones han obligado a evacuaciones y causan inundaciones en el sur del estado, más al norte, la región turística de Lake Tahoe -amenazada por la sequía y los incendios hace tan sólo tres meses- enfrenta fuertes nevadas que han dejado a residentes y turistas incomunicados.
Con las últimas nevadas, se han acumulado 5,3 metros de nieve, el récord de la serie histórica de acuerdo con el Laboratorio de nieve de la región central de la Sierra Nevada de la Universidad de Berkeley, California.
El Servicio Meteorológico de Estados Unidos (NWS) puso a parte de este estado montañoso bajo alerta de tormenta invernal y prevé nevadas durante los próximos días.
“Hará mucho frío en el cambio de año esta noche” y “la nieve caerá sobre la mayor parte de la región (de Denver) a medianoche”, tuiteó el viernes por la mañana el NWS de Boulder.
Los copos de nieve aliviarán a la población después del infierno vivido por el “Marshall Fire”, que asoló la zona y obligó a evacuar a por lo menos 33.000 personas la víspera (jueves).
Por la noche las llamas tiñeron de naranja el cielo y las ráfagas de viento de hasta 160 km/h barrieron la región, complicando el trabajo de los bomberos que intentaban apagar el fuego de una intensidad inusual para la temporada.
Las autoridades locales levantaron por la noche algunas de las órdenes de evacuación.
Pero sigue estando prohibido el acceso a localidades como Superior, con 13.000 habitantes. “Nadie tiene derecho a entrar en la ciudad en estos momentos”, advirtió el ayuntamiento en Twitter.
Patrick Kilbride, de 72 años, estaba trabajando cuando recibió la orden de evacuación. Solo pudo salvar su coche y la ropa que llevaba puesta, lo demás, es decir la casa en la que vivió tres décadas, quedó reducido a “cenizas”, contó él mismo al diario Denver Post.
En Louisville, con 20.000 habitantes, se ha ordenado a la población hervir agua del grifo o emplear agua embotellada para uso doméstico. La ciudad combate las llamas con agua no potable.
Sequía histórica
Hoteles, centros comerciales y más de 650 hectáreas quedaron asolados en el condado de Boulder, una ciudad de 100.000 habitantes a unos 50 km de Denver, la capital del estado.
A diferencia de otros incendios, éste alcanzó los suburbios y no se redujo a las zonas rurales.
“Unas 370 viviendas de los alrededores de Sagamore fueron destruidas. Y es posible que 210 casas quedaran destrozadas en la zona vieja de Superior”, declaró el jueves el sheriff del condado de Boulder, Joe Pelle.
Como gran parte del oeste americano, Colorado, un estado árido, sufre desde hace años una sequía excepcional.
Con el calentamiento global, es probable que la intensidad y la frecuencia de los episodios de sequía y de olas de calor aumente aún más, creando condiciones que favorecen los incendios forestales.
En los últimos años, el oeste americano ha sufrido incendios sin precedentes, sobre todo en California y Oregón.
Para Daniel Swain, meteorólogo de la universidad de UCLA, “cuesta creer” que estos incendios ocurran en diciembre. “Pero tome un otoño de calor y sequía récord, con solo dos centímetros de nieve en lo que va de temporada, y añada una tormenta con ráfagas extremas (...) y el resultado serán incendios extremadamente peligrosos que se desplazan muy rápido”, tuiteó el investigador.
Más allá de los incendios, Estados Unidos ha sufrido recientemente otros fenómenos extremos, como el paso de la tormenta Ida en Nueva York y Nueva Jersey en septiembre y tornados mortales en diciembre en Kentucky. Por el momento se desconocen si estos últimos están vinculados al calentamiento global.
Con información de AFP