La Ciénaga Grande de Santa Marta es uno de los complejos lagunares más grandes e importante del país. Foto: Guillermo Torres/Semana.

MEDIOAMBIENTE

Más de 39.000 hectáreas de mangle se han recuperado en la Ciénaga Grande

El último informe de monitoreo realizado por el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar) reporta que entre 2017 y 2020 se logró una recuperación de más de 6.000 hectáreas de bosque de manglar en el complejo lagunar. Este es el panorama.

23 de febrero de 2021

Cerca de 40.000 hectáreas de bosque de mangle en buen estado alcanza la Ciénaga Grande de Santa Marta, el complejo de humedales al que el cambio climático y otras problemáticas como la pobreza y la escasez de agua dulce le han pasado una costosa factura.

De acuerdo con el más reciente informe del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), el complejo lagunar alcanzó el valor más alto en recuperación de bosque de mangle registrado en los últimos años con 39.699 hectáreas. En los últimos cuatro periodos (2017-2020) se dio una recuperación de más de 6.000 hectáreas de manglar, producto de trabajos de mantenimiento y recuperación de caños y ríos que la alimentan con agua dulce. 

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En la década de los setenta, debido a la construcción de la vía de la Prosperidad, que propició obras de infraestructura que frenaron el ingreso de agua dulce a la Ciénaga, se generó la pérdida progresiva de cobertura de manglar, cuyos resultados se hicieron evidentes unos 20 años después. La ciénaga pasó de tener 52.000 hectáreas de mangle en 1956 a menos de 18.000 en la década de los noventa.

Desembocadura del río Aracataca en la Ciénaga Grande de Santa Marta. Foto: Guillermo Torres. 

Desde entonces se iniciaron trabajos para recuperar el bosque de manglar, el cual es determinante para que haya pesca y por ende alimentos para cientos de familias que habitan en la región. 

La Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag), ha intervenido cuerpos de agua que han permitido recuperar los bosques de manglar.

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Francisco Arias Isaza, director del Invemar, destacó que una vez se iniciaron de forma sistemática las actividades de dragado se han visto resultados de restauración y de recuperación de la cobertura de bosque de manglar desde el punto de vista científico, pero también de la calidad de los ecosistemas dado que se pasó de 33.194 hectáreas de bosque de manglar en el 2017 a 39.699 en el 2020.

"Asimismo los valores de pesca empiezan a mostrar una recuperación muy importante en términos de volúmenes y diversidad de especies, es decir que el Sistema está respondiendo positivamente a las actividades de dragado y recuperación de cauces”, indicó Arias Isaza. 

Cambio en la cobertura de manglar

De acuerdo con el informe, en particular, la dinámica del manglar entre 2017 y 2018, evidenció una recuperación de cobertura especialmente en la Zona Norte y Centro, correspondiente a las ciénagas La Luna, Mendegua y Complejo de Pajarales. En los dos años la recuperación de la cobertura de manglar fue de 3.345 hectáreas en estas zonas.

En estos sectores, la autoridad ambiental ejecutó durante el 2017 labores de mantenimiento de los caños Bristol, Cobado, Cobado II, La Caleta del Tambor, Ahuyama, Pajaral y Machetico, y en años anteriores hizo lo propio en caños como El Clarín, Márquez, Señora, La Mata y un circunscrito hacia las cienagas de Mendegua y la Luna, propiciando así el ingreso de agua dulce hacia el sector recuperado.

La autoridad ambiental ha ejecutado diversas labores de mantenimiento que han permitido la recuperación del bosque de manglar. Foto: Corpamag.

“La Coporación viene realizando una serie de inversiones con el apoyo del Gobierno Nacional y con la colaboración del Invemar, en donde ya es posible palpar los resultados de estas intervenciones a través de la recuperación de la cobertura de bosque de manglar en la Ciénaga Grande de Santa Marta para el bienestar de nuestro territorio y los magdalenenses”, argumentó Carlos Francisco Diaz Granados, director de Corpamag.

Similar a la dinámica anterior, entre 2018 y 2020 se resalta la ganancia de manglar en la Zona Centro y Norte y algunas pérdidas en la región sur de la Ciénaga El Conchal. Algunas zonas pequeñas de manglar también fueron afectadas por eventos de incendios en la región noroeste, eventos ocurridos en su mayoría a comienzos de 2020.

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“Vemos un avance positivo en la recuperación de las coberturas de mangle en la Ciénaga Grande de Santa Marta y refrendamos el compromiso del Gobierno Nacional para continuar apoyando y avanzar en la gestión de la recuperación de este importante ecosistema para el país", manifestó Nicolás Galarza, viceministro de Ordenamiento Ambiental.

Importancia ecosistémica

La recuperación de los manglares es clave dada su importancia ecosistémica para el complejo de humedales. Teniendo en cuenta un ejercicio preliminar hecho por el Invemar en 2016, basado en valoraciones de los servicios de provisión, regulación y culturales de los manglares a nivel mundial y del Caribe colombiano, se estimó a precios de 2015 que una hectárea de manglar equivalía en Servicio Ecosistémico a aproximadamente 620 millones de pesos, por lo que se estima que la ganancia de manglar de 2017 a 2020, calculada en 6.449,2 hectáreas equivaldría a cerca de 4 billones de pesos. 

Los servicios ecosistémicos son los beneficios provistos por los ecosistemas. En provisión detaca el alimento, agua, madera y recursos genéticos. Los manglares también prestan servicios de regulación del clima, de inundaciones, enfermedades, calidad del agua y de tratamiento de residuos. También se incluyen servicios culturales como recreación, disfrute estético y, además, servicios de soporte como la formación de suelos, polinización y el ciclo de nutrientes. 

La pesca es una de las principales actividades económicas de los pueblos que habitan dentro y en los alrededores del complejo de humedales. Foto: Guillermo Torres. 

De igual manera, los ecosistemas de manglar juegan un rol esencial en la regulación de gases y del clima, los cuales son funciones relacionadas directamente con el cambio climático.

También actúan como una barrera natural, previniendo la erosión costera y estabilizando los sedimentos, reduciendo los efectos de las inundaciones y las tormentas, manteniendo la calidad del agua y soportando un amplio rango de vida salvaje. Los manglares pueden tener un valor de uso indirecto al través de la protección de las propiedades costeras y de las actividades económicas como la pesquería.