Finanzas
¿Cuál es el error más común al pedir la visa de EE. UU. como inversionista? Truco para obtenerla
Existen dos opciones: la visa E-2 que le permite a la persona vivir de manera indefinida en el país, pero requiere ser renovada o una EB-5 que le otorga el derecho de residencia.
Muchas personas no solo buscan viajar a Estados Unidos para establecerse y buscan nuevas oportunidades de estudio o trabajo, ante las difíciles situaciones sociales y económicas en los países latinoamericanos.
También muchas personas buscan en ese país poder invertir, para lo cual es necesario tramitar una de las dos visas establecidas para este caso.
Se trata de la visa E-2 que le permite a la persona vivir de manera indefinida en el país, pero requiere ser renovada o una EB-5 que le otorga el derecho de residencia.
En ambos casos, se trata de un documento que se expide a inversionistas y que permite a los ciudadanos colombianos vivir legalmente en los Estados Unidos, incluyendo a su familia.
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Uno de sus beneficios es brindarle la oportunidad al cónyuge y a sus hijos menores de 21 años de trabajar o estudiar en el país.
En el caso de la visa E-2 es una opción migratoria que no otorga la residencia, sin embargo, la persona puede vivir y trabajar en los Estados Unidos hasta por seis años, con la posibilidad de extensión.
La inversión deber ser sustancial al tipo de negocio en el que quiera invertir, a partir de 100.000 dólares, y debe dirigir o ser un trabajador esencial en la empresa en la que va a invertir.
Para calificar para la clasificación E-2, el inversionista debe ser ciudadano de un país con el cual Estados Unidos mantiene un tratado de comercio y navegación, haber invertido, o está activamente en el proceso de inversión.
En lo relacionado con la visa EB-5, con ella se abre más fácil el camino para obtener la residencia permanente (Green Card) y obtener la ciudadanía americana.
En este caso, la persona requiere invertir desde 800.000 dólares a 1′050.000 dólares y debe estar en la capacidad de dirigir y generar empleo en su propia empresa.
El Congreso de Estados Unidos creó el Programa EB-5 en 1990 para estimular la economía estadounidense por medio de la creación de empleos y la inversión de capital por parte de inversionistas extranjeros.
Dos años después, el Congreso creó el Programa de Inversionistas Inmigrantes, también conocido como el Programa de Centros Regionales. Esto separa visas EB-5 para participantes del programa que invierten en empresas comerciales elegibles con centros regionales aprobados a través de propuestas presentadas a USCIS para promover el crecimiento económico.
“Bajo este programa, los inversionistas (y sus cónyuges e hijos solteros menores de 21 años) son elegibles para solicitar la residencia permanente (convertirse en poseedor de una tarjeta de residente permanente) si realizan la inversión necesaria en una empresa comercial en los Estados Unidos o planifican crear o conservar 10 empleos permanentes para trabajadores estadounidenses cualificados”, de acuerdo con el Servicio de Naturalización e Inmigración.
Error en el proceso
Este programa es conocido como EB-5 debido al nombre de la categoría de visa de quinta preferencia basada en el empleo que reciben los participantes.
El principal error que cometen muchas personas es creer que al gastar 500.000 dólares en la compra de un inmueble, así puede acceder a la visa de inversionista, cuando pueden hacerlo simplemente con la visa de turista B1/B2.
Para evitar una situación similar, el principal truco es que la persona acuda a empresas especializadas que lo puedan orientar para evitar caer en errores como ese.
Aunque en la mayoría de los casos, los colombianos invierten en la compra de inmuebles, Jorge Partidas, CEO de Globofran, una firma especializada en inversiones migratorias, explicó que existen más de 800 posibilidades que van desde la industria automotriz, salud y belleza, hasta nutrición y alimentos.
“En principio tenemos dos tipos de clientes: el primero es el que quiere venir y trabajar de forma activa y generar ingresos para mantenerse con su familia. A ellos les damos la asesoría para ver en qué concepto de franquicia pueden arrancar, es decir, les ponemos una plataforma para que no asuman riesgos innecesarios”, explicó.
En segundo término están quienes buscan invertir en propiedad o en tierra que puede ser de 250.000 dólares en adelante, lo cual los convierte en desarrolladores inmobiliarios.
“Lo cierto es que tenemos la infraestructura para que los inversionistas tomen un rol más ejecutivo. En este caso en particular, no tienen que vivir aquí, pero como desarrollan y construyen vivienda, reciben reportes y tienen el control de su inversión”, señaló.
Finalmente, explicó que “los proyectos inmobiliarios son una excelente opción de diversificación de portafolio y sirven como una alternativa económica sin la necesidad de irse de su país”.