ACTUALIDAD

Desconcertados, así están los médicos con la buena salud de hombre que lleva casi 70 años sin bañarse

El iraní de 87 años de edad vive en condiciones paupérrimas.

26 de enero de 2022
Amou Haji dejó impactados a los médicos, pues después de 67 años sin recibir una ducha, cuenta con un excelente estado de salud.
Amou Haji dejó impactados a los médicos, pues después de 67 años sin recibir una ducha, cuenta con un excelente estado de salud. | Foto: Getty Images

Un hombre iraní que vive rodeado de agua podrida estancada, cadáveres de animales que son su principal fuente de alimento y basura en exceso, tiene 87 años de edad y es conocido como el “más sucio del mundo”, aunque no parece importarle.

Sin embargo, Amou Haji dejó impactados a los médicos, pues después de 65 años sin recibir una ducha, cuenta con un excelente estado de salud.

Este sujeto, oriundo de Dejagah, un pequeño pueblo en la provincia iraní de Fars, ha vivido la mayor parte de su vida en la calle, y en 2014 se hizo popular después de que un medio local publicara su historia y lo denominara el hombre “más sucio del mundo”.

Y ahora, un equipo de científicos se puso en contacto con el sujeto, que no ha cambiado sus condiciones de vida, y lo sometió a un exhaustivo análisis médico.

Este grupo, liderado por el profesor asociado de parasitología, el Dr. Gholamreza Molavi, de la Escuela de Salud Pública de Teherán, llevó a cabo pruebas para varias formas de hepatitis y sida, y de parásitos, pues estaban casi seguros que se encontrarían con alguna de estas enfermedades.

Es más, había un interés particular por encontrar y estudiar parásitos y bacterias que podrían estar en este cuerpo sin aseo, en el que se pudieron haber desarrollado.

Pero para sorpresa de todos, no había presencia de ninguno de estos microorganismos que causan enfermedades, con excepción de la triquinosis, una infección que, en su caso, parecía no producir síntomas.

Esto fue especialmente impactante, si se tiene en cuenta que su base alimenticia son animales atropellados crudos como puercoespines y conejos, consume agua sucia de charcos y la recoge con latas oxidadas sin lavar y fuma las heces secas de animales cuando no tiene tabaco para su pipa.

Aunque a pesar de la buena salud que posee, ha sido normalmente despreciado por sus “vecinos” del pueblo e incluso recibe constantes burlas y abuso físico.

El gobernador del lugar en el que vive hizo el llamado a que las personas de allí lo dejen tranquilo, argumentando que a pesar de su apariencia es “un alma gentil que nunca le hizo daño a nadie”.