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El ‘dogging’: la práctica sexual que está en auge en países europeos
Dogging Spain es una página que cuenta con más de 500 mil seguidores y que se utiliza para planear encuentros.
Cada vez más, las prácticas sexuales que antes eran restringidas socialmente, y que eran desprestigiadas ante muchos, son ahora más aceptadas y abiertamente practicadas por cientos de personas. Una de ellas, que ha tomado fuerza durante algunos años, es conocida como ‘dogging’.
Esta práctica de origen británico toma su nombre porque era realizada por personas que salían de su casa con la excusa de “sacar al perro”. Sin embargo, estos se situaban en lugares públicos a tener relaciones sexuales con personas extrañas, o a ver a otras personas tener sexo.
“El ‘dogging’ es una práctica que últimamente parece haberse puesto de moda entre personas que quieren experimentar nuevas maneras de vincularse sexualmente, pero que en realidad tiene su origen en los años 70 en el Reino Unido”, afirmó para el medio argentino Clarín el psicólogo y sexólogo Mauricio Strugo, haciendo referencia a la tendencia que habría marcado la práctica.
Al parecer, el dogging sería una actividad que con frecuencia ocurre en países europeos, y que estaría teniendo un auge en algunas regiones de España. Incluso habría páginas dedicadas a reunir personas que disfrutan con estas prácticas para planear encuentros. Una de ellas es conocida como Dogging Spain, misma que cuenta con más de 500 mil seguidores y que además sería una de las más grandes en esa área.
“En las grandes ciudades como Madrid existen lugares de encuentro muy populares, como el Paseo del Prado, el Parque del Retiro o el aparcamiento del Templo de Debod. Los amantes del dogging suelen llevar a cabo sus fantasías sexuales en esos lugares”, aseveró el portal Psicología y Mente, acerca de los lugares que en los que frecuentemente se practican este tipo de actividades en la capital española.
Las personas que practican el dogging en algunas ocasiones serían personas con pareja, las cuales asistirían a los encuentros con ellas e intercambiarían sus compañeros sentimentales con otras personas que también son afines a esta actividad.
“Aquí puede haber intercambio de parejas, sexo grupal, personas que solo se paren a observar. No es exclusivo de parejas monogámicas ni de parejas abiertas, puede incluir a ambas”, explicó Sandra López, quien es psicóloga y sexóloga, para el medio mencionado, afirmando que no necesariamente es una práctica individualista, sino que también es una actividad realizada en conjunto.
Es una práctica considerada como peligrosa, en parte por la exhibición por la cual se expone a multas por las normativas de varios países, también por el relacionarse con extraños, por lo que entre la “comunidad” de doggers recomendaría no llevar objetos de valor, así como elementos que pueden hacer que se identifique a los participantes, para no correr riesgos de estafas.
Con respecto a los problemas sociales o clínicos que este tipo de prácticas podrían acarrear para las personas que lo practican, el portal Psicología y Mente afirmó que, “el ‘dogging’ no tiene tiene relevancia desde el punto de vista clínico, ya que se considera una fantasía sexual de la persona que lo practica. Además, ya que tanto las personas que practican el sexo como los mirones que se deleitan con el acto sexual de los otros, han llegado a un previo acuerdo, un acuerdo tácito para que ninguna de las partes suponga una carga de malestar para la otra”.