GRUPO RÍO BOGOTÁ
Cuatro claves para mejorar la calidad del aire de Bogotá desde la casa
La contaminación atmosférica afecta la salud de los seres humanos, la fauna, la flora y el planeta. Movilizarse en bicicleta, así como disminuir el uso de aerosoles, son algunas acciones que contribuyen a que la ciudad tenga condiciones de aire más favorables.
*Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.
Vivir en una ciudad supone estar expuesto, entre otras cosas, a las partículas que desprenden los vehículos, las industrias y la incineración de materiales.
Esta contaminación tiene un fuerte impacto en la salud humana, pues de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica en la ciudad aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, crónicas y cardiovasculares.
De acuerdo con un informe de Planeación Nacional, anualmente mueren 8.000 personas mayores de 44 años en el país por la mala calidad del aire. En el caso puntual de Bogotá, 2.000 personas pierden la vida cada año por este factor.
Vivir en una ciudad supone estar expuesto, entre otras cosas, a las partículas que desprenden los vehículos, las industrias y la incineración de materiales. Foto: Jonathan Chiquiza.
Las personas se ven afectadas por esta situación de maneras distintas. Según la OMS, los efectos más graves se dan en aquellas que ya están enfermas. De igual forma, la organización internacional explica que los grupos de personas más vulnerables son los adultos mayores, los niños y las familias con pocos ingresos y un acceso limitado a servicios de salud.
Sin embargo, esta afectación no solo se limita a las personas, pues también afectan a los animales y la vegetación.
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Por ejemplo, de acuerdo con la oenegé Greenpeace, la contaminación del aire genera complicaciones respiratorias en perros y gatos, afectando sus pulmones y mucosas. Estos pueden resultar, incluso, en la pérdida del olfato, un sentido fundamental, pues “es a partir del sentido olfatorio que se comunican entre ellos, reconociendo jerarquías y estados de salud”. Además, pueden sufrir conjuntivitis y resequedad ocular.
La mala calidad del aire también contribuye al aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera, fenómeno que causa, entre otras cosas, el aumento de la temperatura en el planeta.
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Para que la ciudad tenga condiciones de aire más favorables, la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) le apuesta a una estrategia de “corresponsabilidad”, en la que recomienda la adopción de buenas prácticas en las actividades diarias, así como la transformación de los hábitos de comportamiento. Estos son los hábitos sugeridos por la entidad:
1. Usar medios de transporte más amigables
El uso de la bicicleta ayuda a reducir los niveles de contaminación ambiental, derivados de la liberación de monóxido y dióxido de carbono, así como de hidrocarburos. De acuerdo con la SDA, este medio de transporte es el más amigable con el planeta, debido a que “emite cero partículas contaminantes a la atmósfera”.
El uso de patinetas o patines, al igual que caminar, también contibuyen a esta reducción.
2. Mantener la revisión tecnomecánica al día
De acuerdo con la entidad, hacer la revisión tecnomecánica periódica de todos los vehículos garantiza que no se estén emitiendo más gases contaminantes de los que permite la norma.
Para que la ciudad tenga condiciones favorables de aire más favorables, la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) le apuesta a una estrategia de “corresponsabilidad”. Foto: Guillermo Torres.
3. Disminuir el uso de aerosoles
Estos líquidos, acumulados a presión en recipientes que absorben y dispersan la luz solar, han contribuido en gran parte a agrandar el agujero de la capa de ozono, fenómeno que, a su vez, ha propiciado el calentamiento global.
4. Cuidar las zonas verdes de la ciudad
Según explica Naciones Unidas (ONU), las zonas verdes contribuyen a mitigar los contaminantes climáticos de corta vida que producen un fuerte efecto de calentamiento global, puesto que estos espacios funcionan como generadores de oxígeno.
Los humedales retienen el polvo y producen oxígeno. Foto: Daniel Bernal / Fundación Humedales Bogotá.
La protección de los ecosistemas al interior de la urbe también hace parte de esta recomendación. Los humedales, por ejemplo, capturan el dióxido de carbono y gran parte de estos pulmones tienen bosques que se encargan de purificar el aire.
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“Ellos mejoran la calidad del aire, que es un reto para la ciudad. Más ahorita por la pandemia y con tantos problemas respiratorios. Los humedales, entre otras cosas, retienen el polvo y producen oxígeno”, explica al respecto Emmanuel Escobar, director de la Fundación Humedales Bogotá.
Otras medidas son:
- Usar el transporte público si es necesario realizar trayectos de larga distancia.
- Practicar la conducción sostenible, que consiste en “conducir tranquilo, no acelerar más de la cuenta y revisar la presión de las llantas”, según la entidad.
- Si es posible, optar por el teletrabajo.
- Evitar actividades relacionadas con la quemas.
- Si se va a adquirir un carro o una moto, intentar que se trate de uno de bajo consumo energético.
- Separar adecuadamente los residuos, así como reutilizar la mayor cantidad de estos.
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