No existen tiendas en Colombia según el autor del negocio, por respeto a las víctimas del narcotraficante en el país. | Foto: Reuters

Internacional

Pablo Escobar impone la moda en México

En contraste con la campaña que libra México contra los cárteles del narcotráfico, la venta de camisetas con la imagen del narcotraficante Pablo Escobar ha sido éxito.

14 de octubre de 2012

Las camisetas, que cuestan hasta US$95, llevan impreso el rostro y documentos personales de Pablo Escobar como su tarjeta de crédito, su carnet de la universidad, su licencia de conducir y un permiso especial de libre tránsito del Congreso colombiano cuando fue diputado suplente a comienzos de la década de 1980.

La prensa con este último permiso trae la frase "Tus privilegios, ¿son acaso fruto de tus engaños?". En tanto que la alusiva a la licencia de conducir señala "Corres bien, pero por el camino equivocado".

El producto aterrizó en México en diciembre del 2011 luego de presentarse con éxito en una feria de Las Vegas, se vende en tiendas ubicadas en las ciudades de Guadalajara, y en Culiacán, capital de Sinaloa, cuna del cártel del narcotráfico del mismo nombre.

Sebastián Marroquín, hijo del fundador del cártel de Medellín, quien adoptó un nuevo nombre tras ser perseguido en 1994 después del asesinato de su padre, defiende su producto como un transmisor de un mensaje moral para que el capo no sea considerado un ejemplo a seguir.

Marroquín, cuyo nombre original es Juan Pablo Escobar Henao, afirmó que esta "narcomoda" no pretende enarbolar la imagen de su padre, pues la propia marca nombrada Escobar Henao tiene el lema "in peace we trust", con la que trata de que los compradores entiendan que la vida de un capo no es la ideal.

"No hacemos apología del narcotráfico (...) No es el producto desde el punto de vista del endiosamiento y glamour que le agregan los medios de comunicación a esta historia. No lo tienen, es para la reflexión", dijo Marroquín.     

Las ventas se realizan vía internet y existen tiendas en Austria, Estados Unidos, Guatemala y México, pero aún no en Colombia, donde Pablo Escobar dejó una estela de fallecidos en su combate a cárteles rivales, a políticos y fuerzas de seguridad que también afectó a víctimas inocentes.