El fin de semana en Barranquilla fue un disfrute para los locales y los artistas, melómanos y público en general no solo de Colombia, sino de destinos como España, Nueva York y La Habana. La cita ineludible fue en la plaza de La Paz, donde se presentaron artistas como la cubana Dayme Arocena y su grupo. Dueña de una voz portentosa y acompañada de una banda de primer nivel, saltó del bebop con scat y ambientes modernos a un sonido más romántico y pop sin perder el feeling y la profundidad. El guitarrista Israelí Yotam Silverstein puso la cuota del sonido moderno con su cuarteto. Sonido onda Nueva York bien logrado con buenos solos y comunicación entre la banda. También hubo un gran despliegue de sentimiento y sabor colombiano de la mano de la familia Arnedo. Una alegría ver a varias generaciones reunidas por la música en un mismo escenario. Empezaron con música original de Tico Arnedo que inundó la plaza con su sonido sublime, acompasado por la cadencia y el sonido tradicional de jazz colombiano popular de su padre Julio y refrescado y renovado en el tema “La Chiva” que se grabó hace 20 años y se inmortalizó en el disco Travesía en el estilo único de su hermano Antonio. Acompañados del gran contrabajista español Javier Colina, dueño de un gusto único y una sensibilidad inmensa para acompañar, además de tener un lenguaje propio que mezcla la tradición cubana con la gitana, el fraseo colombiano y el jazz. Presentaron un repertorio con mucho sabor colombiano. Hoy Colina (y hace rato) es uno de los grandes del jazz y la música del mundo. Desde los tambores Urian Sarmiento acompañó con su ya característico golpe y sonido además del gran manejo de ritmos tradicionales adaptados a la batería como el currulao y el porro. El pianista norteamericano Sam Farley funcionó perfectamente como un pegante que con gran conocimiento del lenguaje y fraseo jazzero unió los elementos de esta reunión de familia y amigos que le regaló a la ciudad un muy buen concierto. Desde Nueva York el guitarrista Greg Diamond, que pertenece a la nueva camada de admirables guitarristas de latin jazz, con muy buen sonido y lenguaje, estuvo acompañado del legendario pianista colombiano también residente en Nueva York, Héctor Martignon que presentó “Gabriela”, tema suyo clave en la historia del jazz colombiano y perteneciente al disco Portrait in Black and White grabado hace casi 20 años. De otra parte, Juventino Ojito y Los Reyes del Porro, con Ramón Benítez en el bombardino, le inyectaron el ADN caribe al concierto con emblemas de la música nacional como el porro “María Varilla” y el fandango “Tres Clarinetes”, además de algunas cumbias dejando en evidencia la hermandad del porro con el jazz.  Se sumó el grande del trombón Steve Turre y el contrabajista Edward Pérez también residente en Nueva York y asiduo sideman y figura de músicas latinas en NY. La delegación cubana encabezada por Isaac Delgado encantó al público Barranquillero que se puso de pie para ovacionar y acompañar al cantante. Su tropa cubana no falló y brilló por su calidad y virtuosismo bien manejado para el deleite del público que bailó todo el concierto iluminado por la luna llena de septiembre que ya empezaba a menguar.La nota final estuvo a cargo de Alexander Abreu y Havana d’Primera quienes con toda la potencia cubana pusieron a bailar a la multitud que en la Plaza de la Paz, donde se disfrutó del arte y la cultura con alegría y en armonía. Destacable “Barranquijazz a la calle” que cada año construye un público genuino y aporta al desarrollo de la ciudad con eventos gratuitos bien organizados con artistas de calibre mundial.