Entrevista
“2021 es el año de declarar, como país, la importancia de invertir en cultura”: Mónica Ramírez Hartmann
A mediados de 2020 se creó la Corporación Colombia Crea Talento-CoCrea, cuyo objetivo es ejecutar programas y proyectos que incentiven y le inyecten recursos al sector cultura. Arcadia habló con su directora, Mónica Ramírez Hartmann, sobre lo realizado en el 2020 y los planes para el 2021.
Cuando Arcadia habló con usted en julio, las primeras tareas por realizar eran 1) abrir una convocatoria para que se postularan proyectos culturales, y 2) conseguir recursos a través de contribuyentes de renta. ¿Cómo les fue con una y con otra?
La convocatoria abrió el 4 de septiembre y se cerró el 4 de diciembre. En total recibimos la postulación de 520 proyectos por un valor de $ 437.305 millones que buscan aportes por valor de $254.091 millones a través del mecanismo del incentivo tributario del decreto 697. El cupo fiscal para el año era de $300.000 millones, por lo que estos resultados son excelentes considerando que era la primera vez que se hacía una convocatoria de este tipo en el país para implementar un mecanismo nuevo, en un año de pandemia, y con el reto de ejecutar una convocatoria en 3 meses y no a lo largo de todo el año, como lo contempla el decreto.
Los proyectos llegaron de todo el país, de personas naturales y jurídicas, organizaciones públicas y privadas de 58 actividades económicas (códigos CIIU) de las categorías de artes y patrimonio, industrias culturales e industrias creativas, además de algunos proyectos de ADNs (Áreas de Desarrollo Naranja), infraestructura de espectáculos públicos de las artes escénicas y de Planes Especiales de Salvaguardia.
Al cierre del 2020 seguíamos todavía en proceso de evaluación de algunos proyectos (el 86% de las postulaciones entró en los últimos dos días de la convocatoria), por lo que todavía no tenemos resultados finales, pero a diciembre 31 teníamos 150 proyectos avalados (es decir, que obtuvieron la calificación requerida para poder recibir recursos de aportantes).
En cuanto al recaudo, los 7 proyectos que se encuentran en el proceso de perfeccionamiento de los requisitos jurídicos y contractuales para iniciar ejecución suman aportes por $7.713 millones de pesos para proyectos por valor de $11.068 millones.
El recaudo de este mecanismo no es inmediato, considerando que la convocatoria permite que se postulen proyectos que no tienen identificados los aportantes, para los que CoCrea adelanta una labor de promoción y búsqueda de recursos frente a inversionistas o donantes. En este sentido, hay un ciclo de “venta” que toma un tiempo en el que entran a jugar aspectos como la disponibilidad de caja del aportante, la finalización del año fiscal, las fechas de las declaraciones de renta, y, obviamente, el interés o la afinidad particular hacia los proyectos avalados.
Cuéntenos sobre las tres modalidades de CoCrea para hacer donaciones -Co-Crecer, Co-Creemos y Banco-Crea- y sobre los tipos de proyectos se postulan a cada uno.
En realidad no hubo grandes diferencias en el tipo de proyectos que se postularon a través de las 3 diferentes modalidades. En todas vimos el mismo comportamiento en términos de sectores y segmentos, de rangos de valores y de diversidad de los proyectos. Llegaron proyectos que solicitan desde $30 millones de pesos hasta $30.000 millones, repartidos en las 3 modalidades. La única diferencia significativa es que la modalidad CoCrecer únicamente está habilitada para mipymes que invierten en sus propios proyectos, por lo que no están buscando aportantes sino acceso al beneficio tributario para sus propias operaciones.
La Convocatoria 2020 realmente ha sido para todos. Entre los proyectos avalados hay titulares con amplia trayectoria cultural como Batuta, quien propone ampliar su cobertura a municipios en el Cauca, la Bienal de Danza de Cali, e incluso el Carnaval de Barranquilla. En contraste, han encontrado espacio propuestas que le apuntan al desarrollo empresarial naranja a través de proyectos de software, aplicaciones e innovadores modelos que vinculan tecnología y salud e incluso una serie de televisión con inversión internacional como El Caso Albrecht.
Ha sido muy satisfactorio ver que hay proyectos de los resguardos Siona Buenavista y Aguasnegras, e incluso proyectos como el propuesto por el Teatro Varasanta que pretende difundir la cosmogonía Arahuaca a través de diálogos interculturales. Esta convocatoria se convirtió en la excusa perfecta para plantear proyectos que habían estado en el corazón de sus creativos desde hace mucho tiempo, e incluso en un llamado a escalar y pensar en grande.
Municipios como Alpujarra, Tolima y ciudades como Cali, Bogotá y Medellín también decidieron desde el sector público postularse para buscar financiación.
La pandemia generó una conciencia global sobre la importancia de la creatividad, y en particular, de las expresiones culturales, como elementos indispensables de compañía y sanación. No hay una persona en el mundo que no haya recurrido a la música, a un libro, o a una película para pasar las cuarentenas. La creciente importancia de la economía creativa es un fenómeno global, no sólo de Colombia. Veo un futuro donde las industrias creativas y culturales tienen el lugar que se merecen, y donde su incidencia en lo social y económico las convierte en un verdadero motor del desarrollo para un país como el nuestro.
Pero el desarrollo de la industria cultural colombiana necesita de la participación de todos. Por un lado necesita desarrollar, aumentar y sofisticar el consumo, por lo que todos nosotros, como colombianos, deberíamos hacer consciencia sobre la importancia de consumir bienes y servicios de la cultura y creatividad local, representada, por ejemplo, en libros, obras de teatro, música, producciones audiovisuales, artesanías, moda, diseño, etc. Por otro lado, la intención en términos de política púbica de un mecanismo como el que implementa CoCrea, es el de generar consciencia frente a quienes tienen los recursos y la posibilidad de apalancar el desarrollo de estos sectores, de la importancia que representa para nuestro país, invertir en cultura.
Las grandes empresas colombianas suelen estar en las grandes ciudades, ¿cómo están haciendo ustedes para asegurarse de que a través de CoCrea se beneficien proyectos culturales de todos los territorios?
Una de las grandes satisfacciones de los resultados de la convocatoria es haber recibido proyectos de 120 ciudades y municipios de 24 departamentos del país. A pesar de los grandes retos por las cuarentenas y la imposibilidad de viajar, logramos llegar de manera virtual a los 32 departamentos del país a través de alianzas y colaboraciones con gobernaciones, alcaldías, secretarías de cultura, Cámaras de Comercio, asociaciones de industria, gremios y con el apoyo de nuestros socios, Ministerio de Cultura, Ministerio de Comercio, la Cámara de Comercio de Bogotá y Comfama.
Algo muy interesante que hemos visto en la etapa de ofrecer los proyectos a potenciales aportantes, es que la mayoría de empresas quiere invertir en proyectos ubicados en las regiones del país en las que éstas operan, porque buscan que el impacto generado beneficie a las comunidades de sus áreas de influencia. Por otro lado, los aportantes no necesariamente son grandes empresas, porque hay muchos proyectos que buscan recursos entre los $30 y $50 millones de pesos, y muchas empresas pequeñas o medianas tienen la capacidad de hacer inversiones de este orden.
La mayor concentración de proyectos sigue estando en las principales ciudades, por lo que vamos a continuar buscando formas de llegar a todos los rincones del país, buscar que se postulen más proyectos de las regiones, buscar el acompañamiento de los gobiernos locales para fortalecer las capacidades de esos proyectos en la etapa de su formulación, y, obviamente, trabajar de la mano de la red nacional de cámaras de comercio y de los consejos regionales de competitividad para conectar los proyectos avalados con las oportunidades de inversión por parte de empresarios de todo el país.
CoCrea arrancó en medio de la pandemia, y este año le ha pegado duro a la economía en general. En esas circunstancias, ¿cómo les fue con el recaudo presupuestado? ¿Cuáles son sus cálculos de crecimiento a medida que la economía se recupere?
La etapa de recaudo hasta ahora empieza, precisamente con la finalización de las evaluaciones y cuando tengamos la totalidad de proyectos avalados. Este año las inversiones se vieron afectadas por la pandemia, pero el incentivo fiscal es una herramienta poderosa para la reactivación, no solo por los recursos que se pueden canalizar hacia los sectores culturales, sino porque da oxígeno a las empresas aportantes representado en el menor pago de impuesto de renta.
Estoy absolutamente convencida de que en la medida en que la economía se vaya estabilizando, la incertidumbre disminuya y la confianza aumente, este es un mecanismo que irá tomando fuerza y será cada vez más utilizado por todo tipo de empresas en varios sectores económicos, para que haga parte de su planeación financiera y tributaria. Este es hoy en Colombia uno de los incentivos tributarios más generosos en términos del impacto en la reducción del pago del impuesto de renta, y también de los más flexibles en su aplicación, pero también es un mecanismo muy nuevo que hasta ahora se está empezando a conocer y a entender. Nuestro reto es que la mayoría de estos proyectos consigan los recursos que necesitan para poder desarrollarse y generar el impacto que declaran.
Para el 2021 el Consejo Nacional de Economía Naranja aprobó un cupo fiscal de $317.000 millones de pesos para este mecanismo, un poco más alta que el que tuvimos en el 2020. Esto es señal de confianza por parte del gobierno en la capacidad de generar resultados, y yo confío en que, operando desde el principio del año, con mayor conocimiento sobre el funcionamiento de esta herramienta, podremos apuntar a agotar ese cupo fiscal en inversiones canalizadas a proyectos.
En diciembre, con la Ley Reactivarte se aprobó el fondo Foncultura, que administrarán ustedes. ¿Cuál es la utilidad de esa herramienta adicional?
Este año debemos trabajar con el Ministerio de Cultura en la reglamentación del Fondo, incluyendo la definición de las fuentes de financiación. Lo importante es que esto es una excelente noticia para el sector, y muestra de la importancia que se le ha dado a priorizar mecanismos de financiación y acceso a recursos para todos los sectores de la economía cultural y creativa en el país.
¿Cuál es la importancia de CoCrea para la reactivación del sector cultura?
CoCrea se ha posicionado en poco tiempo como una organización eficiente, ágil, cercana y con una capacidad de adaptarse a las dinámicas del sector en las circunstancias actuales. El hecho de que seamos una corporación público-privada nos da el respaldo y la fortaleza de funcionar desde la necesidad de implementar cambios estructurales priorizados por las políticas públicas, pero también nos permite trabajar desde una lógica de sector privado en la que debemos optimizar procesos, buscar eficiencias y maximizar resultados.
Esta combinación nos sitúa en una posición para poder incidir de manera importante en la reactivación del sector, porque tenemos la ventaja de contar con una herramienta tan poderosa como un incentivo tributario, y hacerlo a través de una implementación muy ágil y eficiente.
El capital creativo del país está en un momento en el cual se está dando valor a la Propiedad Intelectual de las Industrias Creativas, se están planteando nuevos modelos de inversión y se están instalando capacidades para fortalecer, no solo las industrias creativas sino también los sectores netamente artísticos y culturales e incluso la salvaguarda de los saberes ancestrales; nos queda ahora tender los puentes para que el sector empresarial se vincule y pueda también verse beneficiado por el incentivo tributario. La importancia de CoCrea está en conectar estos sectores, tender puentes para continuar dando a conocer los beneficios para todos los involucrados, continuar fortaleciendo esta ecuación de corresponsabilidad en la que gana el sector cultural, ganan los empresarios y gana Colombia.
Todas las inversiones que hacemos en nuestra vida diaria son declaraciones de las prioridades que tenemos y de cómo, a través de recursos dedicados a algo, decidimos qué es importante para nosotros. Considero que este 2021 que llega es el año de declarar, como país, la importancia de invertir en cultura.
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