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Kristine Opolais en 'Rusalka'. Cortesía The Metropolitan Ópera.

TEMPORADA 2017 DE LA METROPOLITAN OPERA

La imaginación de Dvorak en salas de cine

La directora de teatro Mary Zimmerman presenta ‘Rusalka’, ópera del compositor checo, que Cine Colombia proyectará el sábado 25 de febrero. Hablamos con ella sobre la mitología, ser mujer en el escenario y las diferencias entre el teatro y la ópera.

Ana Gutiérrez
24 de febrero de 2017

Rusalka es mi cuarta ópera con el Metropolitan”, dice con una sonrisa Mary Zimmerman. La directora estadounidense se dedica principalmente al teatro, pero no parece poder alejarse de la temporada de ópera del Met. El sábado 25 de febrero presenta la obra de Antonin Dvorak, que se transmitirá en salas de Cine Colombia. Es un cuento de hadas, narra la historia de un ser del agua que se enamora de un príncipe humano, pero para poder estar con él debe renunciar a la inmortalidad, a su voz y a su mundo.

“Es la primera vez que la monto- dice Zimmerman-. Fue un poco intimidante pero es un opera muy hermosa y queríamos abrirla más escénicamente para narrarla. Tiene un elenco excelente”. Cuenta con la aclamada soprano Kristine Opolais. En el pasado, Zimmerman ha trabajado con otros nombres importantes de la ópera, personas como Diana Damrau y Anna Netrebko. “El Met da la oportunidad de trabajar con gente muy talentosa. Es muy distinto a trabajar con personas que solo actúan. Ellos tienen mucho en mente, lo que hacen es muy difícil y muy pocas personas en el mundo lo pueden hacer”, explica Zimmerman, quien añade que tuvo la suerte de contar con un grupo muy teatral para Rusalka.

Lo que más le emociona a Zimmerman es que el proyecto está ambientado en “un mundo imaginativo, no es del mundo real. Es un cuento de hadas. Los personajes solo tienen nombres como ‘el príncipe‘ y entonces uno tiene mucho espacio para trabajar. Estudié mucho la partitura, tengo un amigo que lo revisa muy cuidadosamente conmigo, es como un historiador musical. También leí mucho folclor checo y visité la República Checa y el museo de Dvorak. Como no es una obra realista no estábamos tratando de emular algo histórico pero eso siempre ayuda”.  

Mientras habla se nota que el primer amor de Zimmerman es el teatro. Para ella “hay una gran diferencia entre hacer teatro y ópera. En opera lo que en realidad dirige todo es la música y uno no tiene control sobre eso, no se puede modificar. Uno debe tomar esas partituras y darles una dimensión visual y narrar la historia. Además hay una tradición  que se espera que uno honre. En el teatro, aun si es una obra vieja y la audiencia la ha visto antes, siempre esperan que uno haga algo nuevo y distinto”.

Zimmerman nació el 23 de agosto de 1960 en Lincoln, Nebraska. Foto cortesía Huntington Theatre Company. 

Pero eso no quiere decir que no la emocione la ópera. Se alegra cuando habla de lo que quisiera hacer, en el futuro: "Me encantaría hacer una ópera de Verdi. Son historias muy bien labradas, tiene una sensibilidad teatral. Fuera de eso me gustaría hacer algo viejo, del barroco o más temprano. Me interesan mucho los mitos y la fantasía y esas óperas tienden a eso”.

Esa pasión correspondelas historias que leía y escuchaba de niña. Montaba obras en el patio con sus amigas y siempre lo sintió como algo “natural”. Pero todavía se le nota la grata sorpresa que siente sobre el trabajo. Explica que “nunca creí que lo podía hacer profesionalmente y una parte mi todavia no lo cree. No tuve la confianza de hacerlo hasta el posgrado y ahi empeze con cositas que había yo misma. Eventualmente alguien me contrató para dirigir una obra. Durante muchos años siempre pensé que el proyecto que etsab haciendo iba a ser el último. Tampoco habían muchos ejemplos a seguir de directoras mujeres o personas en la industria”.  

Todavía es difícil, este año L’amour de loin de Kaija Saariaho se convirtió en la primera ópera compuesta por una mujer que se presenta en el Metropolitan Opera desde hace 100 años. Pero Zimmerman se muestra optimista. “Ojala mi presencia ayude a inspirar a nuevas generaciones. Enseño en la universidad de Northwestern y todas las jóvenes estudiantes quieren ser directoras, no es como era antes. Todavía no hay igualdad pero ha mejorado muchísimo”.