Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín: presente y futuro

¿Cómo resumiría usted su gestión y qué destacaría?

Yo entro a liderar una Secretaría de Cultura muy fuerte, y al poco tiempo nos tocó asumir el enorme reto de la pandemia. Destaco que logramos tejer una red de trabajo mancomunado, y que juntos fuimos proponiendo respuestas a un problema al que nadie se había enfrentado.

Trabajamos de la mano con el gabinete de la Alcaldía, la Gobernación de Antioquia, el Ministerio de Cultura, las cajas de compensación, la empresa privada antioqueña, los artistas, los gestores culturales... Eso permitió que de forma fácil y amable salieran adelante muchos proyectos.

Estoy feliz de que, con todo y pandemia, hayamos sacado adelante los eventos de la ciudad -el Festival de Tango, Ciudad Altavoz, los eventos del libro, la Feria de las Flores-, y encontrado la manera de pasarlos rápidamente a la virtualidad. Seguimos adelante con la agenda cultural y con las convocatorias, en un momento en el que era importante que esos recursos llegaran a los artistas y a los gestores culturales para que pudieran seguir trabajando y llevándole su arte a la gente.

Esta palabra está un poco trillada, pero en este último aspecto también nos tocó reinventarnos, y encontrar nuevas formas de comunicarnos con el público.

También destacaría es la creación de un programa de economía creativa dedicado a fortalecer las habilidades tecnológicas de los actores de la cultura y la economía creativa, para así potenciar el sector a través de la virtualidad y lograr que tenga una sostenibilidad más alta. Por ejemplo, apoyando desde la institución la creación de espacios digitales visibles como cuatro.creo en los que puedan vender sus productos y ofrecer sus servicios.

Aprovechando esta gran ola de aprecio por la cultura que generó la pandemia, y la conciencia del impacto que tiene en nuestra salud mental, a principios de diciembre se lanza la campaña La cultura lo vale. Con ella queremos cambiar esa idea de que los eventos culturales deben ser gratuitos, e invitar a la gente a apoyar el sector para que pueda seguir aportándole a la ciudad y al bienestar de los ciudadanos. Si queremos tener arte y cultura, hay que ponerlos en la canasta familiar.

También estoy orgullosa de haber construido y formulado, junto con el equipo de la Secretaría, el nuevo Plan de Desarrollo Medellín Futuro 2020-2023. Aquí debo darle crédito a la administración pasada porque crearon un sistema confiable de información cultural, que nos permitió formular el Plan de Desarrollo con cinco indicadores de resultado y 28 de producto, y hacer un seguimiento y un monitoreo al cumplimiento de las metas culturales. Esas herramientas nos permitieron contar con información actualizada mes a mes.

Del 9 al 16 de noviembre se llevó a cabo el GFACCT (Gran Foro de Artes, Cultura, Creatividad y Tecnología). Lo hicimos de la mano con el Ministerio de Cultura, y es importante destacarlo porque busca posesionar a Medellín y a Colombia como líder en emprendimiento y en industrias creativas y culturales. Participaron expertos de distintas partes del mundo, que hablaron sobre innovación, emprendimiento, start ups, creatividad... Durante el evento se llevaron a cabo conciertos, se dieron a conocer casos de éxito de la industria nacional, y gracias a Octavio Arbeláez se realizó CIRCULART, el mercado iberoamericano de la música.

También logramos articular el sector de los libreros y las editoriales independientes, y desarrollamos una plataforma virtual para que durante la pandemia pudieran ofrecer sus productos al público. En ella 116 librerías y editoriales independientes presentaron 500 títulos cada una, y lograron ventas importantes.

¿Cuáles diría que son los retos que le quedan a quien asuma su cargo?

Uno es el presupuesto de cultura. Pienso que debería aumentarse.

Otro es aprender a moverse en el mundo del futuro porque después de lo que vivimos este año, nada va a ser igual. La aceleración para entrar en la era digital ha sido determinante para el sector de las artes y la cultura porque nos ha permitido hacer cosas que antes eran presenciales y tomaban mucho tiempo. Ahora todo se hace rápidamente, y tiene uno a la mano managers, gestores culturales, personajes de la política...

El mundo debe ser híbrido y aprovechar los beneficios de la virtualidad, que permiten dialogar con un público mundial, y generar conexiones rápidas y potentes; pero la presencialidad no se puede perder porque no hay nada que reemplace esa experiencia, ese contacto.

También hay varios proyectos y políticas públicas que dejamos trazadas: con el equipo de patrimonio de la secretaría trabajamos en una política pública de patrimonio, y en la reglamentación de artesanos y silleteros.

Diseñamos una aplicación para que las personas de Medellín y los turistas que vengan a la ciudad conozcan nuestra agenda cultural.

Desde MOVA comenzamos a implementar un programa de formación de maestros porque pensamos que es importante que les muestren a sus estudiantes los beneficios de la creación artística, cómo abre la mente y genera opciones de vida que los pueden impactar positivamente. Estábamos en discusiones con la Secretaría de Educación para que la jornada complementaria tuviera educación artística, y estaban abiertos a la idea.

Adicionalmente, este año concebimos la idea de un proyecto que llamamos Centro cultural ciudad del río. Tiene dos etapas: en la primera está planeado que se construya una cinemateca; en la segunda, que se añada un espacio para las artes escénicas y un centro de exploración multidisciplinar y multimedia. La idea es poder entregar la etapa uno en esta administración. Ya está financiada, ya se firmaron los estudios y estamos en ejecución de esos estudios y diseños. A la siguiente administración de le dejamos los estudios y los diseños de la segunda etapa.

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