Patrimonio
Yemen en guerra espera salvar lo que queda de su patrimonio
Las dos fachadas del museo nacional de Taez, en Yemen, muestran de forma inequívoca los efectos de la guerra: una, restaurada, recuerda la grandeza de esta cuna de la civilización árabe; la otra, casi demolida, refleja las consecuencias de un devastador conflicto.
Su arquitectura evoca el estilo del viejo Saná, uno de los cuatro sitios yemeníes inscritos en el patrimonio mundial de la Unesco.
El edificio, que fue Palacio real otomano y luego residencia del rey Ahmed, antes de convertirse en museo en 1967, ha sido “bombardeado” y “saqueado”, afirma su director Ramzi al-Damini en Taez (sudoeste), la tercera ciudad del país bajo control del gobierno pero rodeada por los rebeldes hutíes.
La guerra en Yemen enfrenta al gobierno, apoyado por una coalición que dirige Arabia Saudita, contra los rebeldes hutíes, que controlan buena parte del norte del país, incluida la capital Saná.
La guerra ha dejado miles de muertos, millones de desplazados y la peor crisis humanitaria del mundo, según la ONU. Y el rico patrimonio arqueológico del país se ha visto muy afectado.
"El museo estaba lleno de raras antigüedades, manuscritos, esculturas de piedra, espadas, escudos", explica a la AFP Damini, que dice estar en contacto con las autoridades y la Unesco para seguir la restauración del lugar y "recuperar las piezas sacadas de contrabando del país".
Tráfico de antigüedades
Pero "el proceso es difícil" argumenta Mohamad Al-Sayani, director de la Organización General de Antigüedades y Museos de Yemen, basado en Saná y que coopera con la Unesco.
"Tenemos dos gobiernos, un país en estado de guerra y el tráfico de antigüedades existía ya desde mucho antes del conflicto", aseguró.
La guerra ha "afectado enormemente" a los sitios arqueológicos, confirmó a la AFP el arqueólogo yemení Munir Talal, al recordar los bombardeos del viejo Saná, del museo de Dhamar o de la ciudadela de Al-Qahira de Taez, que se confunde literalmente con la montaña, en cuya cumbre está ubicada.
“Los palacios que remontan a la dinastía de los ayubíes (siglos 12 y 13) y de los rasulidas (siglos XIII al XV) han sido desgraciadamente destruidos en el interior de la ciudadela” se lamenta.
“En internet o en subastas públicas se encuentran en venta antigüedades yemeníes que han sido robadas” agrega, citando por ejemplo el gran trono de piedra del famoso reino de Saba. “¿Cómo ha sido sacado? No lo sabemos, pero estaba en venta en subastas en Europa o quizá ya se vendió.”
Colecciones privadas
Algunos tesoros yemeníes han aparecido en colecciones privadas de algunos países del Golfo, como Catar o Kuwait, afirmó Jérémie Schiettecatte, especialista francés de arqueología de la península arábiga del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS).
Según él, la destrucción del patrimonio yemení ha suscitado menos impacto internacional que el de tesoros en Siria o Irak, ya que ha sido causada esencialmente por la coalición dirigida por Arabia Saudita, un aliado y gran comprador de armamento a los países occidentales.
A fines de junio, un reputado experto en arqueología francés y su marido fueron inculpados en París en un gran caso de tráfico de antigüedades saqueadas en varios países de Medio Oriente, entre ellos Yemen.
El museo de Taez prevé en principio volver a abrir sus puertas en 2023. A la espera de que para entonces la guerra haya cesado.