Joyas

¿Es negocio invertir en joyas?

Con buena información, es posible obtener alguna rentabilidad de los artículos de valor que están en su familia. Le contamos las ventajas y riesgos de esta alternativa.

17 de agosto de 2017
123RF

Tener una cadena de oro, un anillo con un diamante, una esmeralda o rubí, puede ser un objeto valioso desde lo sentimental, pero también se puede convertir en un seguro que permita tener alguna liquidez inmediata para una necesidad apremiante.

Normalmente, la joyería es visto como un artículo de lujo. Pero, muchas familias de clase media tienen una herencia por ahí, que ha pasado de generación en generación. Es más, revise si en el chifonier que está por allá en un rincón, hay una pequeña cajita, de pronto hay una joya que vale mucho y, aunque no lo volverá millonario al instante, sí puede convertirse en un objeto valioso. Le contamos por ejemplo, algunas de las joyas más curiosas y caras del mundo:

-Anillo de diamante azul: $16.26 millones de dólares.

-Anillo Graff Vivid amarillo: $16.3 millones de dólares.

-Collar corazón del océano: : $17 millones de dólares.

-Diamante Wittelsbach-Graff: $80 millones de dólares.

Bueno, pero usted se preguntará qué tiene que ver esto con su situación económica. Pues bastante, si está pensando en oro, plata, diamantes o esmeraldas. Entonces le conviene dar una mirada al precio del gramo de metal precioso fino, según los datos que maneja el Banco de la República. Un gramo fino de oro se cotiza hoy (17 de agosto de 2017) en $112.862,68. Hace 10 años, (el mismo 17 de agosto pero de 2007) ese precio llegaba a $39.987,86.

O sea que cada gramito de ese oro que tiene su cadena o anillo de grado, incluso ese de compromiso que tiene ahí, se ha valorizado $72.875. Nada más ni menos que un 182,24%, en la última década, que en promedio equivale a una valorización anual de 18,22%.

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Eso es mucho más que el crecimiento promedio de la inflación  del país en los últimos 10 años, 4,32%, o que el promedio de 4,78% del aumento del PIB (la suma de toda la economía nacional) entre 2006 y 2016. En términos reales (descontando de la valorización bruta el incremento del IPC) da una rentabilidad neta de 13,9%. Nada mal ¿no?

Las ventajas

Hablamos con Eddy Villamizar, una tendera que cuando inició su negocio, lo logró gracias a un préstamo que obtuvo al dejar sus joyas como respaldo. Por entonces, una entidad sin ánimo de lucro ofrecía esta modalidad, hace unos años, precisamente porque prestaba a personas que no tenían un suficiente historial crediticio.

“Yo considero que es rentable tener joyas. Siempre las he usado para tener solvencia y liquidez para alguna necesidad puntual”, explica. Para ella, es muy importante guardarlas bajo la máxima seguridad y no las anda exhibiendo en la calle, para no exponerse a los atracadores.

Sin embargo, dice que jamás las ha llevado a una prendería “porque pierden demasiado valor. Si por ejemplo, la joya vale un millón, le entregan a uno por ahí $300.000”.

Orlando Cárdenas es joyero con más de 40 años de trayectoria en Bucaramanga. Su firma Orlando Cárdenas Joyeros, maneja el mercado nacional y también internacional, pues participa de ferias de joyería en países como Estados Unidos. El oro para él es uno de los activos más seguros del mundo y por eso siempre mantiene su valor al alza. Lo mismo pasa con piedras preciosas como los diamantes y las esmeraldas.

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“Está demostrado que las joyas son de las mejores inversiones. En los últimos ocho o 10 años, su precio ha ido en aumento, ya que su materia prima es el oro, un metal precioso donde se refugian los inversionistas cuando hay tiempos de incertidumbre económica”, explica.

Sin embargo, para que la joya mantenga un buen aspecto, aconseja que no se use para labores pesadas, como por ejemplo, la construcción, “debido a que el roce con ladrillos, pintura, cemento, puede rayar o maltratar el anillo, y eso hace que pueda perder valor en el mercado”.

Consejos

Consultamos al profesor de la EAN, Ómar Alonso Patiño Castro, profesor titular de la  Facultad de Administración, Finanzas y Ciencias Económicas. En su opinión, una joya tiene dos condiciones necesarias que hacen que su precio suba de valor. La primera, por supuesto son los materiales, como ya se había mencionado. Pero además, la persona que compra una joya puede obtener más rentabilidad cuando acude a una joyería famosa, como por ejemplo Tiffany & co. en Estados Unidos, o en Bauer, Kevin’s o Sterling en Colombia.

Además, como el valor del oro y los diamantes se cotiza en el mercado internacional, es decir, en dólares, esa puede ser otra razón para tener una parte del dinero invertido en estos artículos.

Sin embargo, reconoce que cuando la joya es usada, su precio puede disminuir de forma importante. “Las joyas por momentos sirven para intercambio”.

Ante la pregunta si pueden servir como garantía para un préstamo, Patiño reconoce que eso se puede dar en un contexto de mercado extrabancario, como a través de una fundación o una prendería.

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