Alerta en El Salado
Una nueva ola de amenazas a líderes sociales se denunció en el corregimiento de El Salado, Montes de María. Los habitantes temen que esto marque el regreso de la violencia que los azotó durante años a finales de los noventa.
Doce líderes sociales de El Salado, Bolívar, denunciaron que desde octubre pasado han sido víctimas de amenazas de muerte y piden al Gobierno protección para evitar una nueva tragedia. Los mensajes intimidantes han llegado en las redes sociales, donde les advierten que si no abandonan el territorio, morirán.
Las amenazas recibidas van dirigidas a personas puntuales que SEMANA se abstiene de nombrar para protegerlas. En la mayoría de los mensajes advierten a las víctimas que no deben denunciar el hecho ante las autoridades. Sin embargo, llama la atención que uno de ellos expresa que arremeter contra la sociedad civil es una estrategia para que “el Gobierno ponga los ojos en nosotros otra vez y se acuerden que nos deben una indemnización. Y si toca matar, a este punto hemos de llegar”. SEMANA intentó conversar con algunos habitantes de El Salado, quienes se negaron por temor a hablar más.
El Salado es uno de los corregimientos más golpeados por la guerra en Colombia. Su ubicación en los Montes de María, territorio históricamente disputado entre la guerrilla y los paramilitares, ha vulnerado y violentado la vida de los habitantes de El Salado. En 2000, la comunidad fue víctima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en una masacre en la que murieron más de 70 personas. Durante una semana, entre el 16 y el 22 de febrero, las AUC se tomaron el corregimiento, aterrorizaron a sus habitantes y los acusaron de guerrilleros antes de asesinarlos. Cuando la toma paramilitar terminó, El Salado se convirtió en un pueblo fantasma. Todos sus habitantes huyeron, la tragedia y el temor los arrancó de sus tierras. Dos años más tarde retornaron y, en un esfuerzo conjunto entre los saladeros, la fuerza pública, el Gobierno y empresarios privados, El Salado renació. Desde entonces es un ícono de la guerra, pero también de la paz y la reconciliación. Precisamente, lo que más preocupa de las amenazas es que se producen en un sitio donde hubo un proceso exitoso de retorno de población desplazada y donde se empezó a superar el flagelo de la violencia.
Ante las amenazas, los líderes le exigieron al Gobierno protección y acompañamiento, solicitud que el procurador general respondió al ordenar la “movilización inmediata” de la fuerza pública y la Unidad Nacional de Protección. Igualmente, el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, citó a un Consejo de Seguridad el sábado 11 de enero. Mientras tanto, los habitantes de El Salado se impusieron un toque de queda preventivo como medida de protección.
SEMANA dará un cubrimiento especial a esta situación.