En febrero y marzo de 2019 el debate sobre el futuro de Ecopetrol versaba sobre el ambicioso plan de inversiones de 5.500 millones de dólares para el periodo 2020-2022, como recuerda su presidente, Felipe Bayón. El crudo estaba en niveles de 57 dólares el barril y nadie imaginaba una crisis como la originada por el coronavirus La vigencia de 2019 fue muy positiva para la mayor compañía del país. Creció en producción y nivel de reservas, consolidó la estrategia de internacionalización, logró mayores niveles de carga en las refinerías y planeaba millonarias inversiones para los siguientes años. Las cifras confirman ese balance: utilidades por 13,3 billones de pesos, un dividendo de 313 pesos por acción (el más alto de la historia), un índice de reposición de reservas de 169 por ciento y un monto total de reservas de 1.893 millones de barriles de crudo equivalente.

Pero llegó 2020 y desde el primer trimestre el panorama parecía catastrófico. Un virus originario de China empezó a expandirse y su agresiva modalidad de contagio llevó a muchos países a cerrar sus fronteras y detener prácticamente cualquier actividad productiva distinta de la básica como alimentos, salud y servicios públicos. Esto se sumó a la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia para presionar un nuevo pacto que permitiera llevar los niveles de precios a condiciones aceptables. En el mercado de futuros hubo barriles de petróleo negociados a precio negativo: los poseedores de esos contratos pagaban a alguien para que les recibieran esos barriles, algo sin antecedentes. La pandemia obligó a la compañía a cambiar su estrategia. Según Bayón, primero que todo tomaron medidas para proteger la vida de los empleados, clientes y proveedores. La compañía llegó muy pronto a tener 85 por ciento de gente trabajando desde casa para reducir las posibilidades de contagio. Sin embargo, a pesar de la crisis sanitaria y la del precio del petróleo, la estatal petrolera logró utilidades por 158.000 millones de pesos en el primer semestre.

Mantuvo operaciones en algunos pozos y logró abastecer la demanda de combustibles necesaria para operar con lo básico. En todo caso la producción de crudos en Colombia se desplomó en esos meses de cuarentena a una cifra cercana a 700.000 barriles por día, unos niveles no vistos desde hacía 15 años. Además, la empresa adoptó una estrategia de ajuste enfocada en cuatro aspectos: 1) mejorar los ingresos, 2) controlar estrictamente costos y gastos, 3) reacomodar el plan de inversiones y 4) diseñar una estrategia de financiamiento. Todo ello mientras mantenía los niveles de empleo, un tema sensible en la situación económica actual. No es la primera vez que Ecopetrol tiene que hacer un ajuste drástico. En 2014, ante el desplome de los precios del crudo, de 130 a 30 dólares el barril, tuvo que aprender sobre resiliencia, capacidad de cambio y efectividad de los ajustes. Después de tener en 2015 pérdidas por primera vez en su historia, desde 2016 hasta 2019 no paró de crecer.

Bayón explica cómo ha sido posible esto: “Pasamos de tener un costo de equilibrio de 64 dólares en 2014 a uno de 29,9 el barril en 2019”. Ese esfuerzo de la compañía le ha permitido sortear las tormentas actuales.

Labor por las regiones Además de seguir operando de la mejor manera posible, la estatal petrolera también ha desplegado un enorme esfuerzo por hacer presencia en las regiones. Así lo ha hecho, por ejemplo, con el plan de obras por impuestos, un programa en el que Ecopetrol ha llevado la delantera. Solo por esta vía, el año pasado invirtió 70.000 millones de pesos y este año anunció nuevos proyectos por más de 107.000 millones de pesos. Esto ha beneficiado a más de 40 municipios, cuyos habitantes han podido recibir obras públicas construidas por Ecopetrol o sus filiales. Todos estos indicadores de inversión significan un esfuerzo para una compañía que también recibió un duro choque este año. Los resultados del primer trimestre, cuando apenas hubo unas semanas de cuarentena, lo ponen en evidencia. Entre enero y marzo de 2019, las utilidades llegaron a 2,7 billones de pesos. En el mismo periodo de 2020, apenas alcanzaron 133.000 millones de pesos. Pero del otro lado del balance están los resultados de la estrategia. El precio del petróleo ha subido nuevamente y se ha mantenido por encima de los 40 dólares el barril. Eso hace prever que a pesar de las menores cantidades vendidas, los mejores precios aportaron algo al balance. Además, la compañía ha tenido mucho éxito en los mercados financieros internacionales y con la banca. Ya se hizo a cerca de 3.100 millones de dólares en recursos de crédito para atender sus necesidades de capital de trabajo.

Los recortes en los proyectos de inversión también apuntan a mejorar la situación de caja, porque ya han aplazado hasta 2.500 millones de dólares en este rubro. La compañía ha aprendido en la última década a ajustarse y valorar cada peso. Según Bayón, en los últimos años Ecopetrol ha logrado ahorros y eficiencias por más de 13 billones de pesos. Ese ha sido un factor diferenciador para la empresa, que sin lugar a dudas ha venido haciendo bien las cosas en materia de administración de los recursos. Ecopetrol ha sido siempre la joya de la corona para las finanzas públicas y para la industria colombiana. Desde hace seis años no ha parado de ajustarse y de enfrentar con éxito los retos. El de 2014 fue para todo el país el choque externo más grave de su historia. Así que haber aprobado el año en ese momento muestra de lo que es capaz una buena administración. En 2020, la compañía trata de administrar un choque doble por los precios del crudo y por la recesión originada por la cuarentena. Hasta el momento ha mostrado que la táctica adoptada ha tenido éxito, entre otras medidas, al balancear el recorte de gastos con una inteligente estrategia de financiamiento. Ecopetrol sigue mostrando lo que representa para el país y ahora tiene puesta la mira en sus planes de transformación para los próximos años. Este es un tema fundamental para la industria petrolera y para la economía del país.