La industria avícola sigue siendo uno de los sectores más característicos de la producción agroindustrial de Santander. El departamento responde por 25 por ciento de la producción avícola, con 340.000 toneladas de pollo y 2.900 millones de huevos al año. Cuenta con 1.026 granjas en 8 municipios, y decenas de compañías del sector que generan 40.000 empleos directos y unos 70.000 indirectos. Una de las más destacadas es Incubadora Santander, que nació hace 57 años y hoy lidera el sector productor de huevos del país. Esta empresa comenzó como una iniciativa de Diego Muñoz, quien, tras jubilarse del Ejército, viajó a Santander para dedicarse al agro. Debido a la aridez de las tierras, optó por producir gallinaza como abono para mejorar la calidad de los suelos y lograr la productividad anhelada de sus cultivos. Pero al final, luego de un proceso de prueba y error, terminó por crear este exitoso negocio avícola. Su hijo Enrique Muñoz promovió la modernización de los procesos y la adaptación de la compañía a los cambios del mercado. Puede leer: La nueva era de Celsia Desde que comenzó el nuevo milenio, la compañía se dio a conocer con su marca de Huevos Kikes, hoy presente en 50.000 tiendas del país. Juan Felipe Montoya Muñoz, actual presidente y sobrino de Enrique, hace parte de la nueva generación al frente de los negocios; desde su llegada se trazó la meta de lograr que su empresa, además de productiva, sea ambientalmente responsable. En 2018, Incubadora Santander obtuvo el sello de neutro en carbono al generar energía con gallinaza. Desarrollar una fórmula amigable con el ambiente les tomó cinco años, hasta octubre del año pasado, pero al final encontraron la solución para que la gallinaza no cause daños al ambiente y produzca energía limpia. Ahora tienen el reto de ingresar a la economía circular, pues Montoya asegura que preservar el medioambiente es un plus, una ganancia y un compromiso del mundo empresarial. 10 millones de huevos por día espera producir en 2023 esta compañía santandereana. Para lograrlo, invierte en mejorar la productividad y mitigar el impacto ambiental. En la vida de esta compañía avícola, cada meta ha requerido un esfuerzo recompensado. En 1962 nació como una granja agrícola, pero en los años setenta se especializó en pollitos de un día y 30 años después produjo huevos industrialmente. Hoy tiene capacidad para obtener 4 millones de huevos al día, que transportan en 160 vehículos hacia las 16 centrales de distribución. Los huevos que salen de Santander y del norte de Cauca, donde operan sus plantas, van a Valledupar, Santa Marta, Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, Bucaramanga, Bogotá, Medellín, Cali, Pasto, Popayán, Villavicencio, Pereira y Montería. Este trabajo los ha convertido en la marca número uno de huevo en el país, con una recordación superior al 40 por ciento “que es bien importante en el ‘top of mind’”, dice Montoya. Le puede interesar: Nestlé, un aprendizaje continuo Huevos en cifras La transformación tecnológica y comercial le permitió a Incubadora tener ingresos por 450.000 millones de pesos en 2018. Ahora buscan crecer, ganar participación de mercado y producir 10 millones de huevos al día en 2023. Para lograrlo, el año pasado invirtieron 20 millones de dólares en modernización y productividad, así como en generación de energía y en la planta de gallinas a la que llegan las que terminen el ciclo productivo. De allí salen al mercado con la marca Doña Sabrosa. La calidad es el otro foco, porque la incubación se hace con cifras exactas: todos los huevos superan los 45 gramos, su traslado a la planta garantiza una temperatura de 21 grados centígrados y tarda 12 horas. En las incubadoras caben 100.000 huevos, que se dejan por 18 días para que nazcan pollitas, las cuales, meses después, serán las gallinas ponedoras. Realizan esos procesos en las dos plantas. Estas generan 2.200 empleos directos en la cadena de producción y distribución. Para Montoya, los empleados son parte fundamental de la receta de éxito de la compañía; por eso, buscan promover su buen desempeño, siempre de la mano del desarrollo de la región en donde operan. “Las personas, sus habilidades y acciones le dan vida a la organización, y nosotros aportamos para que cumplan sus sueños y objetivos”, dice. Le recomendamos: Una apuesta blanca en el sector avícola También les preocupa honrar el compromiso con el crecimiento de la región. Cauca es una de las zonas donde más problemáticas hay por las inequidades y la ausencia de Estado, y en Santander el crecimiento de la migración venezolana le ha impuesto nuevos desafíos al departamento. En Cauca, Incubadora Santander ofrece más de 1.500 puestos, y cuenta con un fondo de empleados que les hace préstamos a los trabajadores para sus casas o estudio, generando movilidad social y mejor calidad de vida. En Santander, además, impulsa una iniciativa para fortalecer el movimiento de carga por el río Magdalena, por donde transporta sus materias primas. Varios hitos ha logrado esta compañía de origen y corazón santandereanos. Fue pionera en la utilización del primer sistema de baterías automatizadas y compostaje –proceso que usa la gallinaza como abono–, es la mayor productora de huevo y cuenta con la granja avícola más grande en Colombia. Además, aprovechó su moderna infraestructura para crear una planta de pasteurización de huevo y ampliar su capacidad productiva. Entre éxitos y reconocimientos está el Golden Egg Award, distinción que ganó por la mejor campaña de mercadeo de la industria de huevo en el mundo, que obtuvo en 2015. La historia de Incubadora Santander ha estado marcada por grandes cambios y decisiones. Aunque los negocios originales no resultaron como esperaban sus fundadores, lo cierto es que la habilidad para transformar crisis en oportunidades les permitió convertir a esta empresa en una de las mayores avícolas de Santander. Y del país en general.