La prueba de que la crisis de contaminación que ha vivido el Valle de Aburrá en las últimas semanas ha tenido un manejo político, se puso en evidencia este miércoles cuando el equipo técnico encargado de la vigilancia del aire en el Área Metropolitana, le envío una carta a la directora ambiental de la entidad, María del Pilar Restrepo Mesa, diciendo entre varias cosas que “la decisión repentina de quitar la medida de pico y placa, cuando ya se había anunciado que se mantendría a pesar de no haber condiciones de contingencia atmosférica, pone en tela de juicio los soportes técnicos que llevaron a la administración a tomarla, lo cual no deja de preocuparnos”.En la carta, que está firmada Diana Fernanda Castro Henao, líder de Gestión Ambiental; Luz Jeannette Mejía Chavarriaga, líder de Gestión del Riesgo, Ana Cecilia Arbeláez, líder Control, y Vigilancia, y dos profesionales universitarias, también dice que la decisión desvirtúa el trabajo que se ha hecho desde el SIATA, que ha emitido alertas tempranas, “y nos hace retroceder en procesos ciudadanos que han reconocido en este proyecto un insumo para los tomadores de decisiones basado en el rigor técnico”.La carta se originó este miércoles después de que en el Seminario Internacional de Instrumentos de Gestión de Calidad del Aire, que reúne expertos de Chile, Estados Unidos, México y Brasil en Medellín, el alcalde Federico Gutiérrez, se refiriera de manera despectiva a los técnicos del Área Metropolitana, afirmando que había debilidad institucional, que había mucha burocracia y los informes carecían de rigor. Esto generó que gran parte del equipo de la corporación regional abandonara el recinto donde se desarrollaba el Seminario.Y es que en la carta, los expertos se van lanza en ristre contra la Junta Metropolitana, presidida por Federico Gutiérrez, allí dicen: “Se vienen tomando decisiones que en ocasiones no se ajustan a los análisis técnicos realizados por la Entidad (Área Metropolitana)”. Además, rechazan la expresión reiterativa de Gutiérrez cuando ha dicho que el problema de la contaminación antes estaba oculto y ahora fue su gobierno el que lo develó.En un recuento de 26 puntos, los técnicos afirman que desde el año 2000, con la creación del convenio entre las universidades de la región y las autoridades ambientales, lo que se llamó RedAire, empezó una acumulación de conocimiento para enfrentar los problemas de contaminación del Valle de Aburrá, y que desde 2007, con la firma del Pacto por la Calidad del Aire, se reconoció que la problemática iba en aumento.Finalmente, dicen: “Resaltamos que, en años anteriores no se había declarado alertas, ni se habían aplicado medidas restrictivas, ya que la Entidad aplicaba la norma nacional, tal como lo hacen el resto de ciudades del país, pero es ampliamente conocido que la norma nacional es totalmente obsoleta, no contempla el parámetro más crítico de afectación a la salud que es el PM 2,5, y por tanto va en contravía de la protección de la salud de las personas”.Cabe recordar que el pasado lunes Federico Gutiérrez anunció que las medidas restrictivas se levantaban y no irían hasta este viernes, pues había que apelas a la buena voluntad de los ciudadanos, que se hicieran conscientes de la contaminación. Horas después, el Comité Intergremial de Antioquia publicó un comunicado de prensa en el que decía: “Hacemos un llamado a todos los sectores (tanto público como privado) para que las medidas no tengan que ser impuestas cada vez que se presente una emergencia ambiental. Como sociedad, debe ser compromiso de todos asumir con responsabilidad la situación que hoy nos afecta”.