Hace 30 años, en la primera edición de las 100 empresas más grandes del país sobresalían en la lista varias de las compañías de la familia Santo Domingo. Eran los años ochenta, cuando el poderoso conglomerado empresarial estaba conformado por más de 150 compañías en una variada gama de sectores. Una economía cerrada, como la de esa época, favorecía la expansión de los grupos económicos y el dominio de sus empresas en el mercado local. Pero una vez llegó la apertura en los noventa la vida cambió para todos. Con la entrada de la inversión extranjera los grupos tuvieron que reorganizarse, simplificar su operación y concentrarse en determinados sectores. El turno también le llegó a la familia Santo Domingo que a finales del siglo XX comenzó a poner la casa en orden. En 1997 creó Valores Bavaria como resultado de un proceso de escisión del Grupo Empresarial Bavaria, que le permitió a este último enfocarse exclusivamente en cerveza y otras bebidas. Por su parte, Valores Bavaria optó por dedicarse a invertir en otros campos de la economía, y a partir de 2004 la compañía adoptó un nuevo nombre, Valórem. Los primeros años del nuevo siglo fueron claves para este portafolio de inversiones. A través de una serie de fusiones y escisiones se simplificó y enfocó en negocios estratégicos. Ante la gran dispersión de empresas, varias de las cuales arrojaban pérdidas, el grupo decidió salir de algunas de ellas. En 2001 vendió a BellSouth la compañía celular Celumóvil (hoy Movistar) por 295 millones de dólares. En 2003 salió de su participación en la ensambladora Sofasa, posteriormente de Astilleros Vikingos y de Caracol Radio. También vendió sus acciones en Aluminio Reynolds, Polipropileno del Caribe, Orbitel, Helicol, la cadena de comidas rápidas Presto y del 35 por ciento que tenía en Carrefour. Sin duda, dos hechos marcaron esta fase de simplificación del portafolio de inversiones: la venta de Avianca y la fusión de Bavaria con la multinacional SAB Miller. Se trataba de las dos inversiones más emblemáticas de este conglomerado empresarial. Avianca era una de las compañías más queridas de Julio Mario Santo Domingo, desarrollador del grupo empresarial, pero ante la difícil situación financiera que afrontaba la vendió en diciembre de 2004 al empresario Germán Efromovich. Pero la familia Santo Domingo hizo su mayor jugada estratégica en 2005 con la fusión de Bavaria con la surafricana SABMiller, una operación que ascendió a 7.800 millones de dólares, algo nunca antes visto en el país. El grupo quedó con una participación inicial del 15 por ciento en esta, la segunda cervecera más grande del planeta (hoy tiene el 14 por ciento). Mientras salía de unas empresas, la familia Santo Domingo tenía puesto el ojo en otros. En 2011 Alejandro Santo Domingo con su primo Carlos Alejandro Pérez Dávila se pusieron a la cabeza del grupo tras la muerte de Julio Mario Santo Domingo. De ese modo vinieron nuevos negocios y pusieron el foco en cuatro líneas estratégicas, a tono con la globalización económica, la mayor apertura del país y las nuevas tecnologías. Entre ellas los medios y entretenimiento, industria y comercio, transporte y logística e inmobiliaria y turismo. En medios y entretenimiento, además de seguir con el diario El Espectador, la revista Cromos y Caracol Televisión, el grupo incursionó nuevamente en la radio, con Blu. A través de Cine Colombia se asoció con Virgin Mobile Latin América para ofrecer servicios de telefonía móvil, del que también había salido cuando vendió a Celumóvil. En los negocios digitales está activo con el portal Linio; en el sector inmobiliario tiene la firma Terranum que compró Decameron, una cadena hotelera que maneja 27 establecimientos en Colombia y otros 10 países, y en comercio compró a la firma Koba, que tiene la cadena de descuentos D1, con 330 locales. La historia del grupo Santo Domingo comenzó a reescribirse en los últimos diez años y aunque esta etapa no es tan ostentosa como en los ochenta, sí sigue siendo una importante organización empresarial que trae desarrollo al país.