Tomó importancia para el país desde el momento que aconsejó al presidente George Bush, que no enviara el TLC con Colombia al Congreso de Estados Unidos, sin contar con la luz verde de la mayoría demócrata. Sin embargo, en su afán de ayudar al gobierno del presidente Uribe, el mandatario estadounidense lo hizo. La poderosa presidenta se encargó de convencer a la mayoría del Congreso, demócrata como ella, que congelara toda acción sobre el TLC. Argumentó que primero debía resolverse las preocupaciones de los estadounidenses, el desempleo, la pérdida de sus viviendas y la incertidumbre económica que enfrentan. Hasta ahora, Pelosi se ha salido con la suya y logró aplazar indefinidamente la aprobación del tratado comercial entre los dos países.