La tenencia de mascotas imprime ciertas responsabilidades como el cuidado, velar por su salud y alimentación y tomar siempre las medidas adecuadas para que su higiene no presenten problemas que puedan afectar al animal.
En el caso de los perros, los baños son de suprema importancia, más si se tienen ejemplares de razas que tienden a presentar problemas de piel o en su pelaje por cuenta de diferentes factores como la alimentación, la exposición a condiciones húmedas, el sol y hasta la contaminación del aire.
En este sentido, hay que contemplar ciertas variables para poder saber la frecuencia adecuada para realizar estas jornadas de limpieza a los peludos que están en casa; así mismo, hay que saber el tipo de productos que se van a emplear para que los resultados sean los esperados y la salud del animal esté bajo control.
¿Cómo sé si debo bañar un perro?
Lo primero que hay que identificar son las señales que da un perro para necesitar un baño. Hay que tener en cuenta el clima, pues puede tratarse de un día soleado o de un verano intenso que amerite refrescar a las mascotas para controlarles su temperatura corporal.
Así mismo, si ha estado sometido a una buena jornada de actividad física, el animal requiera refrescarse con un reconfortante baño.
De igual forma, si en medio de sus travesuras llegan a estar sucios con grasa o aceites u otras sustancias que puedan hacerlos sentir incómodos o puedan representar un peligro para su salud, se hace urgente un baño para limpiar su piel y su pelaje.
El baño también será necesario si la mascota tiene mal olor; por último, si está en su periodo de muda de pelo, lo prudente será cepillarlo a diario para quitar los pelos muertos.
¿Cada cuánto se debe bañar un perro?
Hay que señalar que lavar con mucha frecuencia a un perro es perjudicial para su salud, pues los productos especiales para este fin pueden terminar por resecar su piel y eliminar los aceites naturales que deben tener para su propio cuidado y los cuales se encargan de dar brillo y firmeza a su pelaje.
Los especialistas recomiendan, según su tamaño y su raza, bañarlos una vez al mes; sin embargo, hay que atender a ciertas indicaciones médicas que pueden sugerir, por algún tema especial, someterlos al agua una vez cada 15 días por un periodo de tiempo determinado.
Hay otros veterinarios expertos en el tema que se atreven a señalar que con solo dos veces al año sería suficiente para el cuidado de los animales en casa, mientras que otros especialistas aseguran que cada tres meses es el tiempo ideal.
En cuanto a los cachorros, todos coinciden en que no hay que bañarlos antes de los tres meses, tiempo en el que deben completar su esquema de vacunas que los protegerá de las enfermedades. La recomendación es que se trate de una experiencia que le agrade y que se dé en medio del juego, para que de ahí en adelante las rutinas de baño sean fáciles de ejecutar y no le teman al agua.
De igual forma, es bueno consultar con los veterinarios de confianza sobre los productos que se deben utilizar, ya que ellos saben a fondo el tipo de piel de las mascotas y los jabones, champús y fragancias que no pondrán en riesgo la piel de los animales, pues se pueden ver expertos a problemas dermatológicos o a alergias que se manifestarán con irritaciones, descamación, rasquiña y decaimiento.
Por último, se recomienda utilizar agua tibia para que la experiencia no sea tan traumática y también un buen proceso de secado, sobre todo en las partes más difíciles como las orejas y las patas, lugares donde la humedad puede ocasionar presencia de hongos que afecten su piel.