El aseo mínimo de una mascota es una tarea indispensable para su salud. Específicamente, para el gato, su pelaje debe estar siempre suave y corto, y esto se puede lograr con un cepillado. Sin embargo, en cuestiones de aseo, casi todos los gatos transcurren su vida sin requerir de tomar algún baño, pero en ocasiones un pequeño remojón resulta positivo para el animal.
De acuerdo con el portal web Grupo Lovet, el baño de un gato requiere de un champú especial para el cuidado y la prevención de los posibles problemas dérmicos que pueden afectarlo. Estos productos están a la venta en la mayoría de las farmacias veterinarias que ayudan a evitar la formación de nudos en el pelaje de la mascota.
Así las cosas, los expertos señalan que si se quiere bañar a un gato por primera vez, se debe esperar a que tenga entre dos y tres meses de edad. Sobre todo, una vez que el gato ya haya sido vacunado por primera vez. “En invierno bastará con que lo bañes una vez al mes, sobre todo si no sale al exterior. En verano puedes hacerlo cada 15 días”, indica el portal web Disane.
A continuación, el portal en mención da a conocer algunos consejos para poder bañar un gato:
- Es importante procurar bañar a un gato en un ambiente tranquilo y relajado. Puede recurrir a algún juguete para intentar que su mascota se divierta en la manera de lo posible.
- Luego, se debe colocar en una bañera un poco de agua tibia (alrededor de dos centímetros de agua a 35 grados) para que se vaya acostumbrando. Primero se debe mojar con la mano o ayudarse con una esponja suave. Dejar que el champú actúe unos minutos y aclararle bien para secarle finalmente suavemente con una toalla.
- Si el gato tiene mucha aversión al agua, puede recurrir a una espuma para lavado en seco.
- Finalmente, puedes aplicar sobre su pelaje seco un antiparasitario para proteger a su gato. También puede recurrir a un collar antiparasitario para gatos y complementarlo con pipetas antiparasitarias para gatos, sobre todo si tu gato sale al exterior.
Estas son las enfermedades que más afectan a los gatos
El Royal Veterinary College (RVC) señaló que por medio de un estudio realizado en más de un millón de gatos en el Reino Unido se definió que las enfermedades más comunes en los felinos domésticos son los problemas de las encías, la obesidad, el sobrecrecimiento de las uñas y las infestaciones por pulgas.
La investigación del RVC añadió que el riesgo de cada afección varía según la edad y el sexo del animal. Además, los autores puntualizaron que muchas patologías pueden llegar a descartarse como dolencias típicas cuando, en realidad, se trata de una grave enfermedad.
Otro aspecto relevante es que la evolución felina también generó un instinto en los gatos con el que pueden ocultar los signos de dolor asociados con enfermedades dentales u osteoartritis para evitar parecer débiles ante los depredadores.
El estudio analizó los patrones de salud de 1′255.000 gatos en el Reino Unido. Las razas de gatos más comunes en esta zona del mundo fueron el british short hair (3,01%), ragdoll (1,82 %) y el bengal (1,22%). Otras razas comunes que se incluyeron fueron el maine coon (0,93%), persa (0,73%) y siamés (0,68%).
“Todos los que aman a los gatos quieren que sus vidas sean más felices y saludables. Este estudio ayuda a los propietarios a comprender que el cuidado dental, el peso y los parásitos son los problemas de salud clave de los gatos en general, para que los propietarios puedan centrar mejor su atención y sus recursos en darles una vida mejor a sus gatos”, destacó Dan O’Neill, profesor asociado de epidemiología de animales de compañía en el RVC y autor principal del artículo.
En promedio, cada gato fue diagnosticado con una enfermedad por año. Además, la afectación fue más alta en los machos que en las hembras y el impacto en felinos mayores fue superior que en el de los jóvenes.
La investigación también puntualizó que las gatas son más propensas a tener una peor calidad de vida que los gatos y están más expuestas a complicaciones de heridas postoperatorias, exceso de aseo, hipersensibilidad a las picaduras de pulgas, hipertiroidismo y sobrecrecimiento de uñas.