En un artículo publicado por la revista digital Cell Metabolism se analizó a un grupo de 500 perros compuesto por diferentes razas y en el que destacaba la presencia de labradores retriever. Dicho estudio tenía como objetivo comprender por qué los labradores son la raza con mayores índices de obesidad a lo largo de los años. Según los resultados, el aumento de peso de esta raza ocurre por la eliminación del cromosoma 14 bp, el cual afecta la producción de la proopiomelanocortina (POMC).
La POMC es la encargada de activar la producción de diferentes hormonas (β-endorfina y β- MHS) responsables de controlar el peso corporal, el apetito y la adiposidad. Cuando estas hormonas no se producen, los perros no tienen la capacidad de controlar su apetito y, en ese sentido, son más propensos a acumular grasas en el cuerpo.
Cabe resaltar que esta mutación también puede ocurrir en otras razas, pero los labradores son lo que tienen mayores probabilidades de afectación. Ahora bien, la posibilidad de mutación en otros perros aumenta si el animal fue criado específicamente para ser un canino de compañía o asistencia.
De hecho, esta última fue una de las conclusiones más importantes del estudio: la mutación genética del cromosoma 14bp es más prominente en aquellos perros que son animales de compañía y estos, en su mayoría, son labradores retriever.
Además, los perros de compañía tienen determinadas características debido a una selección genética realizada por los humanos. La hipótesis de los investigadores es que los criadores favorecen a aquellos caninos que responden mejor a los estímulos de alimento mientras son entrenados y la mutación del cromosoma 14 bp hace que los perros tengan apetito por más tiempo.
Cabe destacar que los labradores retriever vienen del perro de aguas de San Juan, una raza extinta. Se cree que este ancestro fue el que presentó por primera vez la mutación del cromosoma 14 bp y es el responsable de que hoy en día los labradores retriver sean más propensos a la obesidad y adiposidad.