Una nueva investigación desarrollada por el Royal Veterinary College (RVC) subrayó que las razas de gatos que tienen un mayor riesgo de desarrollar cálculos renales y ureterales son la birmana, persa, ragdoll y tonkinés.
Dicha investigación es la primera de su tipo en examinar a todos los gatos con urolitos (cálculos) del tracto urinario superior. La misma pretende ayudar a los veterinarios con los planes de diagnóstico y tratamiento.
El estudio determinó que la frecuencia de diagnóstico de urolitos del tracto urinario superior, mejor conocidos como cálculos en el riñón o el uréter, se ha incrementado en las últimas dos décadas con una estimación del 4,6%.
Al igual que en los humanos, los urolitos felinos suelen estar compuestos de oxalato de calcio. Estos no se puede disolver naturalmente a través de la dieta o la medicación, y actualmente no existen métodos efectivos para prevenir la formación de cálculos en los gatos, destacó un artículo de Animals Health.
Cabe destacar que si estos cálculos se mueven hacia el uréter pueden producir una obstrucción peligrosa para la vida del animal. Para tratar este tipo de inconvenientes por lo general hay que realizar una intervención quirúrgica.
El equipo de investigación del Royal Veterinary College llevó a cabo el estudio observacional durante 10 años, en dicho periodo se examinaron más de 11.400 gatos. Como resultado el grupo de profesionales encontró que los gatos que no son de raza (con mayor frecuencia, los domésticos de pelo corto) todavía constituyen numéricamente la mayoría de los felinos que se ven afectados.
Además, subrayó el documento, cuanto más joven es un gato cuando se le diagnostican cálculos renales, mayor es el riesgo de que desarrolle una obstrucción ureteral.
“Este estudio destaca que los gatos diagnosticados con cálculos renales a una edad temprana tienen un mayor riesgo de obstrucción ureteral que los gatos mayores. Los veterinarios deben ser conscientes de que los gatos que presentan azotemia (sobre todo si son menores de 12 años) podrían tener una obstrucción ureteral y requerir imágenes abdominales para descartarla”, manifestó Rebecca Geddes, profesora de Medicina Interna de Pequeños Animales en el RVC.
Por su parte, Dan O’Neill, profesor asociado de Epidemiología de Animales de Compañía en el RVC, agregó que “los profesionales veterinarios trabajan muy duro para mejorar la vida de cada gato que cuidan, pero este estudio muestra que ahora también pueden ayudar a miles de gatos aportando datos clínicos anónimos a proyectos de big data”.
Los investigadores también encontraron que las hembras son más susceptibles a tener un diagnóstico de urolitos del tracto urinario superior que los machos. Además, los felinos de cuatro a ocho años tienen el mayor riesgo de ser diagnosticados con estos pequeños depósitos.
El estudio concluyó que los factores de riesgo para que los gatos con estos urolitos desarrollen obstrucción ureteral (potencialmente mortal) son: ser hembras, tener urolitos en ambos riñones y ser más jóvenes.