La Escala de Mueca Felina (EMF), desarrollada por la Universidad de Montreal, es una herramienta que los veterinarios del mundo suelen utilizar para identificar el dolor, el estrés y la ansiedad que pueden sufrir los gatos a través de sus expresiones faciales.
En 2020, la Universidad de Montreal, en colaboración con la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA, por sus siglas en inglés), realizaron una página web para dar a conocer el proyecto. Posteriormente, en el 2021, lanzaron una aplicación para celulares y tablets dispuesta para que más personas pudieran interactuar con dicha escala.
En los últimos días, la misma institución canadiense publicó una información actualizada con las claves para que los veterinarios entiendan cómo funciona esta herramienta y facilitar su uso.
Existen cinco unidades de acción que ayudan a definir cuál es la dolencia de un felino: la posición de las orejas, la apertura orbital (de los ojos), la tensión del hocico, la posición de los bigotes y el movimiento de la cabeza.
La Escala de Mueca Felina señala que cuando un gato está ausente tiene las orejas hacia adelante, los ojos abiertos, el hocico y los bigotes relajados y la cabeza sobre la línea de los hombros. Por su parte, cuando se encuentra moderadamente presente, tiene las orejas ligeramente separadas, los ojos parcialmente abiertos, el hocico un poco tenso, los bigotes un tanto curvos y la cabeza alineada con la línea de los hombros.
Finalmente, cuando el felino está marcadamente presente tiene las orejas aplastadas y rotadas hacia afuera, los ojos entrecerrados, el hocico tenso de forma explícita, los bigotes rectos hacia adelante y la cabeza inclinada hacia abajo.
En los mamíferos, la valoración del dolor se basa en identificar cambios en el comportamiento inducido por este. Pero el dolor en los gatos es difícil de reconocer, dado su comportamiento único.
El enojo felino
Al igual que los humanos, los gatos -y en general los animales domésticos- tienen una memoria a corto y largo plazo, lo que hace posible que puedan conservar recuerdos molestos especialmente relacionados con sus dueños.
El especialista en comportamiento animal Mikel Delgado dijo que el acto de guardar memorias y generar asociaciones basadas en ellas es necesario desde una corta edad. Gracias a esto, los animales pueden sobrevivir más fácilmente en la naturaleza.
“Si un gato tiene una experiencia muy desagradable (cómo que le pisen la cola o que lo asusten), lo va a recordar muy bien. Ellos solo están recordando lo que es importante para sobrevivir y estar seguros”, manifestó Delgado en una conversación con el medio The Dodo.
Según un estudio publicado en la revista Animal Cognition, los gatos adultos pueden tener memoria a corto plazo hasta por 16 horas. Mientras que los gatos de menos de un año no tienen tanta capacidad de recordar, pero su olfato sí juega un papel importante en la memoria a largo plazo. Es decir que en su adultez es más probable que reaccionen frente a un olor específico, que ante un lugar o persona.