Es común que los gatos sean animales de compañía especialmente difíciles de medicar. En ese sentido, un grupo de investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos) evaluó la aceptación voluntaria para estas mascotas de 10 sabores de medicamentos que están en el mercado.
Amy Nichelason, una de las investigadoras del estudio, señaló que cuando un tenedor de gatos obliga a su mascota a ingerir la medicación por vía oral se puede deteriorar el vínculo humano-animal y hacer que los felinos sean más aprensivos sobre el tratamiento futuro.
Los gatos domésticos que participaron en el estudio se sometieron a un abanico de saborizantes como pollo, carne de res y pescado, en fórmulas no medicadas a base de aceite y agua. Los dueños de los animales les dieron a los felinos diferentes sabores en casa y observaron que ninguno de estos sobresalió como favorito.
Otro hallazgo que sorprendió a los investigadores es que a los felinos no les gustan los sabores dulces en formulaciones a base de agua. “Carecen del gen para saborear el dulzor, por lo que es interesante que les desagradara activamente el sabor dulce”, manifestó Nichelason.
“A menudo, los veterinarios usan el juicio de un cliente para determinar la preferencia de sabor de la medicación, pero este estudio sugiere que los propietarios podrían no ser los mejores predictores de lo que preferirán sus gatos”, añadieron los investigadores.
Pese a que ningún sabor individual se destacó como ganador en general, los docentes de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Wisconsin-Madison puntualizaron que los gatos eligieron los saborizantes a base de aceite sobre los que se producen con agua. Hubo algunas tendencias hacia las preferencias dentro de los saborizantes a base de aceite (específicamente, pollo y pescado), pero estos hallazgos no fueron estadísticamente significativos.
El estudio añadió que al 60% de los gatos no les gustaron ningún sabor a base de aceite, en comparación con el 85% a los que no les gustaban los sabores a base de agua.
“Aun así, este estudio proporciona un trampolín para mejorar el cumplimiento de los medicamentos por parte de los gatos y guía lo que los veterinarios deben prescribir”, dijo Nichelason. La experta concluyó que al administrar medicación a los gatos es oportuno probar diferentes formulaciones como las masticables, líquidas o en tabletas, según lo que le guste a cada animal.
Así las cosas es importante tener en cuenta que hay una serie de medicamentos para humanos que nunca deben ser administrados a los gatos pues pueden ser mortales. Algunos de ellos son la penicilina, el naproxeno, la ketorolaco, las aspirinas, los antihistamínicos, los antidepresivos, medicamentos para la diabetes y los relajantes musculares.