Un estudio publicado en la revista científica PLOS ONE señaló que acariciar y tener un perro alrededor eleva los niveles del córtex prefrontal del cerebro, lo que se traduce en una mejora de las interacciones sociales y emocionales de los seres humanos.
El estudio añadió que tocar a los animales, y en especial a los perros, es positivo para afrontar el estrés y la depresión. En ese orden de ideas, los investigadores detallaron que un mejor conocimiento de la actividad cerebral asociada podría ayudar a los expertos a diseñar mejores sistemas de terapia asistida con animales.
“El presente estudio demuestra que la actividad cerebral prefrontal en sujetos sanos aumenta con el incremento de la cercanía interaccional con un perro o un animal de peluche, pero especialmente en el contacto con el perro la activación es más fuerte. Esto indica que las interacciones con un perro podrían activar más procesos atencionales y provocar una excitación emocional más fuerte que los estímulos no vivos comparables”, agregó el artículo de PLOS ONE.
La investigación midió la actividad de la corteza prefrontal del cerebro de 19 hombres y mujeres que acariciaban y miraban a un perro. A su vez, la prueba se hizo también con un león de peluche. Los resultados destacaron que la actividad cerebral prefrontal crecía cuando los individuos interactuaban con los canes reales.
Como se decía, la actividad cerebral aumentaba cada vez que los seres humanos interactuaban con el perro, pero cuando se hacía el mismo ejercicio con el león de peluche, los índices eran notablemente menores. Esto sugirió que la respuesta podría estar relacionada con la familiaridad o el vínculo social.
Los investigadores subrayaron que también serán necesarios futuros estudios para examinar si acariciar animales es funcional para aumentar la actividad cerebral prefrontal en pacientes con déficits socioemocionales.
Por su parte, Yuli Andrea Peña, psicóloga de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Colombia), manifestó que el afecto y cuidado que se le da a los animales de compañía “puede promover la salud y enriquecer la vida de las personas, activando de manera positiva las emociones”.
Por su parte, un artículo publicado por Scientific Papers en 2011 apuntó que la compañía de los animales tiene efectos positivos en personas que se están recuperando de una adicción, que han sufrido un trauma a lo largo de su vida, que atraviesan una crisis de identidad (como la que ocurre en la adolescencia) y aquellas personas que han perdido a un ser querido.
“Convivir con un perro mejora el estado de salud de cualquier persona, ya que él no solo se convierte en un aliado, sino en un verdadero protector. Tener un animal de compañía beneficia a las personas física y emocionalmente, y mejora la dinámica familiar en todas las tipologías de hogares. Básicamente tú los nutres, ellos te nutren la vida”, concluyó Alejandra Conto, activista de los derechos de los animales.