Las vocalizaciones de los perros, es decir, los ladridos, gemidos y aullidos, hace parte de su sistema comunicativo natural. Pese a esto, cuando el animal opta por este tipo de manifestaciones en exceso puede convertirse en un problema tanto para los tenedores como para los vecinos.
En ese sentido, el Grupo de Especialidad en Medicina del Comportamiento Animal (GEMCA) de Avepa en España publicó un texto escrito por la etóloga Sandra Portals Arnáez, quien subrayó que “no todo perro que ladra cuando se queda solo en casa presenta ansiedad por separación”.
La experta manifestó que esta conducta puede estar relacionada con la separación de los tutores y el animal, pero también puede ser la respuesta a motivos como la facilitación social (otros perros están ladrando y él se une), reacción a ruidos externos, disfunción cognitiva, frustración o agresividad.
“La manifestación o no de otros signos clínicos tales como conducta destructiva, eliminación inadecuada, la postura corporal del animal, el contexto, etc… así como que la conducta tenga lugar solo en ausencia de los tutores o también cuando estos están presentes son algunos de los aspectos a valorar de cara al diagnóstico”, apuntó la etóloga.
Así las cosas, la experta ofreció una serie de consejos para que los animales tengan un comportamiento óptimo cuando se quedan solos en casa. “Lo ideal sería, en cuanto se sea consciente del problema, acudir a un especialista en medicina del comportamiento para que analice a fondo el problema. Diagnosticar cual es la motivación de esta conducta es esencial para poder trabajar sobre la misma”, dijo Portals Arnáez.
En este sentido, añadió el portal Animals Health, es bueno implementar un enriquecimiento ambiental adecuado a las necesidades del can y definir rutinas de actividad, juego, ejercicio y estimulación mental.
“Si las vocalizaciones se dan cuando el animal se queda solo, puede ser recomendable grabar, con un dispositivo que registre tanto audio como video, qué es lo que hace el perro cuando se queda solo para poder determinar el detonante de la conducta. Además de que dichas grabaciones también son muy útiles de cara a valorar la evolución del caso”, aseveró la experta.
En tanto, encerrar al perro en un cuarto para que no moleste a los vecinos puede ser una medida temporal siempre y cuando dicho espacio esté absolutamente adecuado para su comodidad y cuidado.
En relación al uso de medicina para minimizar esta conducta, Sandra Portals Arnáez destacó que “en función del diagnóstico podría ser necesaria la utilización de feromonas de apaciguamiento, o la administración de nutraceúticos o psicofármacos. Teniendo en cuenta que se trataría de un complemento a la terapia (una ayuda para conseguir un estado emocional más relajado mientras se llevan a cabo las pautas conductuales), ya que por sí solos no son la solución al problema”.
En general, Portals apuntó que el tratamiento para mermar el constante ladrido del perro debe enfocarse en los causantes que detonan esta reacción.
“El uso de collares anti-ladrido está totalmente desaconsejado. La motivación de esta conducta puede ser muy variada y si tiene una base de estrés, miedo y/o ansiedad, lo único que conseguiremos con el collar es agravar el estrés, el miedo y la ansiedad. Además, colocando dichos collares no estamos trabajando sobre la causa que le lleva a ladrar, de modo que esta no será la solución al problema, sino un parche que además compromete seriamente su bienestar”, concluyó la experta.