Las cifras que deja hasta ahora el terremoto de 7,8 en la escala de Richter que sacudió el sur de Turquía y el norte de Siria son devastadoras: más de 42.000 muertos, al menos 115.000 desaparecidos, 2,4 millones de desplazados y 6.500 edificios destruidos.
En este escenario, hay un grupo de héroes que suele ser poco mencionado: los perros de rescate, animales entrenados especialmente para buscar personas vivas o cadáveres en estructuras colapsadas, nevadas y en grandes áreas, según el adiestramiento recibido.
Países como Colombia, España y México, entre muchos otros, han enviado unidades caninas para que ayuden en las extensas labores de búsqueda que se realizan en la zona circundante a la ciudad de Gaziantep, una de las más afectadas por el sismo.
En este contexto, una misión de rescate del grupo especializado de búsqueda de México -que trabaja en 70 edificios que les fueron comisionados- ya perdió a uno de su miembros más queridos. Se trata de Proteo, un can que murió en la madrugada del pasado domingo mientras ayudaba en el rastreo de supervivientes y fallecidos entre los escombros.
“Cumpliste tu misión como integrante de la delegación mexicana en la búsqueda y rescate de nuestros hermanos en Turquía. ¡Gracias por tu heroica labor!”, señaló la Secretaría de la Defensa Nacional de México (Sedena).
Por su parte, el canciller mexicano Marcelo Ebrard escribió en Twitter: “Lamento el sensible deceso de Proteo, integrante del equipo de rescate de la Sedena en Turquía. Puso en alto el nombre de México y de nuestro pueblo”.
Proteo era un pastor alemán de 9 años y 7 meses de edad. En Turquía ayudó en el rescate de un menor de edad con vida, así como a la recuperación de 14 cuerpos sepultados entre los escombros. El can, que hacía parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, trabajó en otras labores de búsqueda en diversos terremotos como el que azotó a la Ciudad de México en 2017 y el de Haití, durante el 2021.
“Las unidades caninas siempre despiertan muchísimo interés y curiosidad a donde vayan. Que salven vidas hace que sean muy queridos y se miren de otra manera. Verles trabajar es un espectáculo, las personas dejan de hacer lo que estaban haciendo para mirarles buscar entre los escombros. La presencia de los perros en una catástrofe proyecta esperanza, proyecta emociones”, dijo un integrante de la Unidad Militar de Emergencia (UME) de España. Dicha unidad está compuesta por 55 rescatistas y cuatro perros.
En el aspecto táctico, la prioridad en la labor de los perros es encontrar gente viva, por lo mismo, tan pronto se bajan de los vehículos, son los primeros en llegar a la zona afectada.
Cabe destacar que cuando estos animales terminan su trabajo en las zonas del desastre regresan a sus respectivos países y reciben todos los cuidados necesarios. Pasan por una clínica veterinaria para un chequeo general y se les hace una valoración de su estado físico.
“Naturalmente que se les dan unos días de descanso. En un caso como el de un terremoto, se les somete a mucho trabajo y pueden requerir unos días para recuperarse al regresar a casa. Les damos un periodo de recuperación y, en caso de producirse otra catástrofe muy seguida, lo idóneo es proporcionarles aproximadamente una semana de descanso y no sacarles de inmediato a otro operativo. Que por ellos, los propios perros, lo harían a los dos días, pero no es lo normal”, concluyó Antonio Nogales, presidente de la ONG Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF), en conversación con el portal 20 minutos.