El Royal Canin realizó un nuevo estudio con la obesidad como factor clave que definió una serie de tablas con la esperanza de vida de los perros y gatos. Cabe resaltar que el sobrepeso y la obesidad afectan en promedio al 25% de los caninos y su prevalencia ha aumentado en los últimos años. De hecho, en diferentes países del mundo se ha identificado que, en cifras, la obesidad en perros es similar a la de los humanos.

En ese sentido, la investigación destacó que los perros obesos tienen una esperanza de vida reducida en comparación con los canes de condición corporal normal, mientras que la obesidad severa en los gatos se asoció con una supervivencia reducida y una esperanza de vida menor.

“Comprender el impacto de la obesidad como factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades específicas o como consecuencia de ellas es importante para la medicina preventiva, la detección y el manejo de enfermedades”, apuntó el estudio.

Para llevar a cabo la investigación se utilizaron los registros clínicos de más de 1.000 hospitales entre el 2013 y el 2019, con subpoblaciones definidas por sexo, tamaño y escala de condición corporal (BCS).

El agrupamiento de datos superó los 13.200.000 perros y los 2.390.000 gatos. Así las cosas, la esperanza de vida media al nacer fue de 12,69 años para los perros y de 11,18 para los felinos.

En cuanto al peso corporal, los perros obesos, con un BCS de 5/5, tuvieron una esperanza de vida más baja (11,71 años), que los perros con sobrepeso (BCS 4/5), que presentaron una esperanza de vida de 13,14 años. Los perros en su peso ideal (BCS 3/5) tuvieron una esperanza de vida ligeramente superior: 13,18, destacó el portal Animals Health.

Mientras que los felinos con sobrepeso y un BCS de 4/5 fueron los que más esperanza de vida presentaron (13,67 años), seguidos de los gatos obesos con un BCS de 5/5 (12,56 años) y los gatos en su peso (BCS de 3/5), que fueron los que menos esperanza de vida media tuvieron de estos tres: 12,18 años.

Vale recordar que los labradores son la raza con mayores índices de obesidad a lo largo de los años. Según los resultados de una investigación publicada por la revista digital Cell Metabolism, el aumento de peso de esta raza ocurre por la eliminación del cromosoma 14 bp, que afecta la producción de la proopiomelanocortina (POMC).

La POMC es la encargada de activar la producción de diferentes hormonas (β-endorfina y β- MHS) responsables de controlar el peso corporal, el apetito y la adiposidad. Cuando estas hormonas no se producen, los perros no tienen la capacidad de controlar su apetito y, en ese sentido, son más propensos a acumular grasas en el cuerpo.

Dicha mutación también puede ocurrir en otras razas, pero los labradores son lo que tienen mayores probabilidades de afectación. Ahora bien, la posibilidad de mutación en otros perros aumenta si el animal fue criado específicamente para ser un canino de compañía o asistencia.

De hecho, esta última fue una de las conclusiones más importantes del estudio: la mutación genética del cromosoma 14bp es más prominente en aquellos perros que son animales de compañía y estos, en su mayoría, son labradores retriever.