Tras las festividades de Navidad muchas personas decidieron comprar o adoptar un animal de compañía. Pese a que esta decisión por lo general beneficia a los animales, es importante tener claro cuáles son las responsabilidades a la hora de convivir con ellas.

En ese sentido, el Colegio de Veterinarios de Lugo, España, remarcó en sus redes sociales que “las mascotas no son un capricho de Navidad” y, en ese orden de ideas, todos los miembros de una familia tienen que estar de acuerdo para comprometerse y cuidar del animal, además de hacer otras actividades con él como llevarlo de paseo, educarlo y jugar.

Por su parte, Andrea Millán, especialista en educación del Instituto de Protección Animal de Bogotá (IDPYBA), señaló que hay que pensar en el bienestar de los animales, es decir, “darles todas las condiciones necesarias para que ellos puedan estar en óptimas condiciones de salud, estables nutricionalmente, equilibrados, libres de dolor y de angustia, y también para que puedan expresar su comportamiento natural el cual garantizará que el animal goce de un bienestar y una excelente calidad de vida”.

Así las cosas, es fundamental entender que los gatos y los perros requieren de un cuidado de la salud y un manejo de las posibles enfermedades diferenciado.

Los nutrientes son diferentes para los gatos y para los perros, al igual que el manejo comportamental, las rutinas de ejercicio, las zonas de descanso y de resguardo. “Por ejemplo, para un perro es fundamental salir al parque a ejercitarse, mientras que los gatos requieren un enriquecimiento ambiental dentro de casa para que puedan expresar sus comportamientos naturales, como trepar, esconderse o cazar”, añadió Millán.

Contrario a lo que muchos piensan, dijo la experta, los gatos no necesitan ni deben salir a la calle “ya que presenta grandes riesgos para la salud y la seguridad y además, porque desafortunadamente, son los mayores depredadores de fauna silvestre”.

Según el Ministerio de Salud de Colombia, un dueño responsable nunca debe abandonar a su mascota, ni permitir que deambule libremente en la calle o que se alimente de basura o desperdicios.

En tanto, la especialista del Instituto de Protección Animal de Bogotá manifestó que lo ideal es llevar al animal al veterinario mínimo dos veces al año. “Es importante que se mantenga su esquema de vacunación y desparasitación al día para prevenir enfermedades, y por supuesto, promover la esterilización, práctica responsable que en el futuro ayudará a prevenir muchas enfermedades”.

Según los médicos veterinarios del IDPYBA, Valdomiro Laiseca y Magda Arévalo, en cachorros caninos, las enfermedades más comunes son el parvovirus y el moquillo asociados a la no vacunación en edades tempranas.

En los caninos también son muy comunes la tos de perrera, la parasitosis, las enfermedades dermatológicas y digestivas. Estas patologías están asociadas a los ectoparásitos como las pulgas, los piojos, las garrapatas y ácaros.

Por el lado de los felinos, es bastante común la panleucopenia o enteritis infecciosa, enfermedad muy contagiosa que provoca síntomas digestivos, fiebre y rechazo a la comida; el calicivirus, que es un tipo de gripe contagiosa, enfermedades que pueden aparecer en cualquier etapa de la vida, enfermedades como el sida felino, leucemia felina, la peritonitis infecciosa y enfermedades dermatológicas. También se puede presentar la estomatitis felina, que es cuando se inflaman las encías y no pueden comer por el dolor, causando la muerte por desnutrición, concluyó el IDPYBA.