En siglos pasados, cuando los reyes hacían expediciones militares en busca de nuevas conquistas, llevaban consigo tiendas de campaña equipadas con todas –o al menos la mayoría– de las comodidades acostumbradas. Los muebles, las alfombras, los tejidos de seda y los bordados podrían ser la inspiración de una nueva forma de turismo que resulta de combinar las palabras en inglés ‘glamorous’ y ‘camping’.
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En Colombia, cada vez más personas se acercan a esa tendencia y visitan con regularidad estos templos de armonía que el país esconde cerca de sus cuerpos de agua y otras maravillas naturales. Carpas, casas en el árbol y tipis (en forma de tienda indígena norteamericana) son algunos de los lugares más reconocidos. Aquí, algunos de los que puede visitar.
Guasca, Cundinamarca
El Mønte Teepee Hostel
Un tipi o teepee (en inglés) es una tienda cónica, originalmente hecha de pieles de animales y palos de madera por los pueblos nómadas que poblaban las llanuras de Norteamérica. Son un refugio resistente a las lluvias. Similar a esas estructuras se levantan algunas en los bosques de Guasca, a 45 minutos de Bogotá.
Así está constituido El Mønte Teepee Hostel, un remanso de tranquilidad cercano a la capital del país, rodeado de páramos, lagunas y bosques. En la noche, las fogatas, la zona BBQ y el restaurante garantizan una experiencia completa: hospedaje y gastronomía de lujo.
Tuta, Boyacá
Campo Escondido
A 30 minutos de Tunja (capital de Boyacá) y a dos horas de Bogotá, en medio de paisajes casi inexplorados se levanta un campamento boutique, con tiendas ajenas a toda conexión de internet o televisión.
Quienes han ido recomiendan la contemplación de los paisajes de la cordillera Oriental que refrescan la vista de cualquier citadino. Los desayunos, los deportes y la actividad cultural hacen parte de la oferta con la que este campo boyacense seduce a quienes disfrutan del glamping. Este puede ser el inicio de una nueva pasión, sobre todo si se tiene en cuenta que aquí no solo descansará, también podrá conocer nuevos amigos mientras comparte una copa de vino.
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Chicaque, Cundinamarca
Roblegrande
Imitando los nidos de paja de las aves, un bosque al suroccidente de Bogotá se convirtió en un ejemplo de turismo sostenible. Nido Roblegrande llama la atención por ser una forma de glamping poco convencional: seres humanos en las alturas, en las copas de los árboles. En este lugar es posible tomar un buen desayuno mientras deja que la vista llegue hasta donde los accidentes del valle sabanero lo permiten. Todo alrededor de un refugio natural con cama o bolsa para dormir y toldillo. Es necesario el acompañamiento de un guía.
Guatavita, Cundinamarca
Embalse de Tominé
Aquí es posible pasar la noche en uno de los cuatro domos con frente y techo transparentes que la firma Glamping Colombia instaló a orillas del embalse de Tominé.
A 43 kilómetros de Bogotá, estas estructuras se erigen en medio de la naturaleza y la tranquilidad. En cada carpa hay espacio para dos personas y el único requisito es tener la voluntad de olvidarse de los compromisos para entregarse a unos días sin tecnología ni estrés.
No es difícil hacerlo cuando, además de una estadía de primer nivel, también se ofrecen recorridos en globo, tour por la laguna, pesca y parapente. Tominé se encuentra muy cerca de las ruinas de Siecha, una capilla del siglo XVIII que recuerda nuestro pasado muisca y español a cada visitante.