En la actualidad, las personas mayores están entre los objetivos de los ciberdelincuentes. Es que son víctimas fáciles por dos razones fundamentales: su falta de costumbre a la hora de saber detectar fraudes, y su tendencia a compartir y confiar en las noticias o informaciones que les llegan.
De acuerdo con Check Point Software Technologies Ltd, el FBI calcula que las personas mayores pierden cada año más de 3.000 millones de dólares por estafas financieras.
Además, datos avalados por el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE) muestran que una forma habitual de atacar a los mayores en Internet es a través del correo electrónico.
Se utilizan técnicas generales de phishing contra un gran número de direcciones de correo electrónico con contenidos dirigidos a las personas mayores. Y dado que la población mundial sigue envejeciendo, es probable que esta cifra continúe aumentando.
Por tal motivo, hay que tener en cuenta algunas precauciones, especialmente de las generaciones más maduras, para que puedan y asegurar su seguridad, explicadas de manera simple y fácil de entender.
Contraseñas y bloqueos
Por ejemplo, hay que crear contraseñas sencillas, pero seguras. Es uno de los grandes ignorados por la mayoría de los usuarios de todas las edades. El uso de una contraseña poco segura puede dejar en peligro.
Las generaciones que se han criado fuera de este entorno digital, deben dedicar un esfuerzo extra en esta primera barrera para protegerse.
Según Manuel Rodríguez, gerente de ingeniería de Seguridad para el norte de América Latina de Check Point, aseveró que la contraseña debe ser una combinación de caracteres que solo el usuario conozca, por lo que es recomendable no usar datos personales como fechas de aniversarios o cumpleaños, o los nombres de familiares, ya que estos pueden resultar más fáciles de averiguar.
Para asegurarse de que una contraseña sea más segura, esta debe ser larga (al menos 12 caracteres), y estar formada con diferentes letras, mayúsculas y minúsculas, además de símbolos y números. Deben ser siempre privadas y no compartirse con nadie, siendo recomendable no guardarla apuntada en ningún lugar cercano al ordenador.
También se deben usar bloqueos en todos los dispositivos, tanto en móviles como tabletas, siempre se debe contar con un método de acceso que impida cualquier intento de acceso al mismo, ya sea con un patrón de dibujo, un código numérico, o la huella dactilar digital. De esta manera, en caso de pérdida o robo, se asegura de que nadie pueda entrar y obtener los datos almacenados.
A aprender
Más allá de tener que aprender términos como “phishing” o “malware”, en internet, como en la vida misma, también existen personas que buscan engañar y tratar de aprovecharse de otros.
Siempre se deben evitar los mensajes de cualquier remitente desconocido o extraño, tanto a través de los correos electrónicos como de los mensajes de móvil, haciendo un especial hincapié en no hacer nunca clic en ningún enlace o archivo.
Además, es clave mantenerse alerta, no todo el mundo es quien dice ser. En línea con el anterior punto, una de las prácticas favoritas de los ciberdelincuentes es la suplantación de identidades, haciéndose pasar por marcas de mensajería, bancos e incluso supermercados.
Es por ello por lo que siempre que se recibe algún tipo de comunicación extraña o sospechosa, antes de seguir las instrucciones o hacer clic en los enlaces que estos contienen, hay que contactar directamente con la entidad oficial en cuestión para asegurar la veracidad de estos mensajes.