El amor entre Manuelita Sáenz y Simón Bolívar estuvo ligado por los ideales de una Patria Grande, ya que Sáenz luchó hombro a hombro junto con Bolívar por la independencia de la corona española.
Estas acciones de Manuelita Sáenz, llevaron al general José de San Martín a otorgarle el reconocimiento de ‘Caballeresa del Sol’ en el año 1822. Asimismo, el Congreso de la Gran Colombia la ascendió al rango de Coronel por su gesta en la batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824, que marcó la independencia de Perú.
No obstante, el título por el que más se le recuerda a esta prócer de la independencia es el de ‘Libertadora del Libertador’, el cual le otorgó el propio Simón Bolívar, ya que el 25 de septiembre de 1828, ella le salvó la vida al Libertador tras ayudarle a escapar por la ventana del Palacio de San Carlos tras un intento de asesinato. Este episodio es conocido como la Nefasta noche septembrina.
El amor de estos próceres comenzó el 16 de junio de 1822 en Quito, Ecuador, en medio de fuegos artificiales y repiques de campana tras la liberación de la ciudad. Desde ese momento, y hasta la muerte de Bolívar y Sáenz, mantuvieron una relación clandestina para algunos. No obstante, varios historiadores aseguran que la relación era de conocimiento público.
En ese orden de ideas, y con motivo de la celebración del Día del Amor y la Amistad, el Archivo General de la Nación Jorge Palacios Preciado compartió un compilado de cartas de amor entre el Libertador Simón Bolívar y Manuelita Sáenz. Un amor catalogado como épico, por tantas batallas que vivieron juntos.
A continuación se pueden leer los escritos de estos próceres de la independencia:
Carta número 1:
“Cuartel General en Guaranda a 3 de julio de 1822
A la distinguida dama, Sra. Manuela Sáenz
Apreciada Manuelita:
Quiero contestarte, bellísima Manuela, a tus requerimientos de amor que son muy justos. Pero he de ser sincero para quien, como tú, todo me lo ha dado. Antes no hubo ilusión, no porque no te amara Manuela, y es tiempo de que sepas que antes amé a otra con singular pasión de juventud, que por respeto nunca nombro.
No esquivo tus llamados, que me son caros a mis deseos y a mi pasión. Sólo reflexiono y te doy un tiempo a ti, pues tus palabras me obligan a regresar a ti; porque sé que esta es mi época de amarte y de amarnos mutuamente.
Sólo quiero tiempo para acostumbrarme, pues la vida militar no es fácil ni fácil retirarse. Me he burlado de la muerte muchas veces, y esta me acecha delirante a cada paso.
Qué debo brindarte: ¿un encuentro vivo acaso? Permíteme estar seguro de mí, de ti y verás querida amiga quién es Bolívar al que tú admiras. No podría mentirte.
¡Nunca miento! Que es loca mi pasión por ti, lo sabes.
Dame tiempo. Bolívar”.
Carta numero 2:
“El Garzal, a 28 de julio de 1822
General Simón Bolívar
Muy señor mío:
Aquí estoy yo, ¡esperándole! No me niegue su presencia de
usted. Sabe que me dejó en delirio y no va a irse sin verme y sin hablar…con su amiga, que lo es loca y desesperadamente.
…aquí hay todo lo que usted soñó y me dijo sobre el encuentro de Romeo y Julieta… y exuberancias de mi misma. Manuela Sáenz”.
Carta número 3:
“Quito, a diciembre 30 de 1822
A.S.E. El Libertador Simón Bolívar
Señor mío:
Yo agradezco a usted por el interés que toma sobre mi persona, porque usted bien sabe de mi presencia en cuerpo y alma a su lado.
Sobre lo que me dice usted en su carta del 25 del presente, me hace sentir la soledad que acompaña lo que es ahora la distancia.
Considéreme, usted, su amor loco y desesperado por unirme hasta la gloria de su ser; supongo que se halla usted en igual condición como lo está la más fiel de sus amigas, que es: Manuela Sáenz”.