El gobierno de Países Bajos cerró el pasado 18 de noviembre una página de internet, tras descubrir que las campañas antivacunas han llegado a promover la venta de kits de autocontagio de la covid-19 para que las personas puedan recibir el código QR que les permite entrar a los sitios públicos una vez que hayan atravesado la enfermedad, sin necesidad de haberse vacunado.

La página se promocionaba diciendo: “Sí, quiero el coronavirus” y vendía dosis de un líquido infectado con virus para que cada persona se lo inyectara.

Adicionalmente, el kit incluía también un test de antígenos para verificar que el comprador logró contraer el virus y en caso de no haberse contagiado, el vendedor ofrece una dosis de “refuerzo” si no se logra el cometido en la primera aplicación.

Hasta donde se conoce, los principales clientes del sitio web que fue cerrado recientemente eran jóvenes que buscaban obtener el “pasaporte covid” después de contraer la enfermedad deliberadamente.

Los kits fueron entregados a domicilio en los hogares de los clientes y se vendieron a un precio de 33,50 euros (148.000 pesos aproximadamente) la unidad.

Además, los paquetes contaban con instrucciones detalladas de las sustancias incorporadas y entre las recomendaciones dadas a los compradores estaban quedarse en casa en caso de sentir algún síntoma y cumplir con todas las recomendaciones decretadas por el Gobierno durante la enfermedad.

Marina Eckenhausen, inspectora general de la Inspección de Salud y Atención Juvenil, señaló a medios locales que “a pesar de que todos estemos trabajando muy duro para poder atender tanto a los pacientes con la covid-19, como a los demás, aparentemente hay organizaciones que buscan propagar el virus. Eso me parece escandaloso”.

Eckenhausen calificó a la campaña lanzada por el sitio web como una ofensa a ”todas aquellas personas que han trabajado durante más de un año y medio para luchar contra la pandemia”.

La funcionaria lidera una contracampaña, impulsada desde el gobierno, creada para reforzar el mensaje de la vacunación y explicarle al público que es “muy peligroso inyectarse intencionalmente”, puesto que las personas no solo se exponen a sí mismas, sino que también ponen en peligro a quienes se encuentran al rededor.

Este situación parece no ser exclusiva de Países Bajos, pues casos similares se han conocido en Austria, país que volvió a decretar, recientemente, un aislamiento general a causa del aumento de personas contagiadas y las bajísimas tasas de vacunación. En este país se han conocido que personas se han inyectado la enfermedad intencionalmente para obtener el certificado de recuperados, algo que, en el caso de un hombre de 55 años, terminó con su vida.

Caos social

Esta realidad ha hecho que los antivacunas, y otros grupos sociales que se han identificado como oposición a las políticas del Gobierno holandés, se manifiesten por las calles del país, exigiendo que las medidas sean menos estrictas y que se busquen otras opciones para contrarrestar el impacto del virus.

Sin embargo, en medio de las protestas la violencia ha sido la protagonista, tal como quedó registrado el pasado viernes, cuando se reportaron varios heridos por disparos de la Policía en la ciudad de Róterdam, al suroeste de los Países Bajos.

De acuerdo con el alcalde de dicho territorio, Ahmed Aboutaleb, los ataques contra los manifestantes se efectuaron en respuesta al incendio de una patrulla que ellos propiciaron, además del lanzamiento de rocas hacia varios uniformados que también resultaron heridos.