La Organización de las Naciones Unidas (ONU), insiste en la necesidad de que los gobiernos y países no dejen de lado el tema medioambiental en medio de sus esfuerzos por controlar las afectaciones generadas por la pandemia. El secretario General del organismo multilateral, António Guterres, se mostró preocupado por las repercusiones ambientales que está dejando la covid-19 y por la situación de los defensores de derechos humanos en asuntos relacionados con la naturaleza, en Latinoamérica. Le recomendamos: ¿Por qué la ganadería no es amiga de los bosques? De acuerdo con información dada a conocer por la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), en su informe de julio en el que analiza el impacto de la covid-19 en la región, el funcionario de la ONU sostuvo que la legislación para proteger el medio ambiente se está haciendo cada vez más laxa y ha aumentado la violencia contra las personas defensoras del medio ambiente, incluidas las que defienden a los pueblos indígenas, las tierras, los territorios y los recursos naturales.
La deforestación que enfrenta Colombia no es ajena a otros países de la región. Según el funcionario, a medida que la desregulación expone a nuevos territorios y comunidades a la deforestación, los desplazamientos forzados, la extracción de recursos naturales y la destrucción de los sistemas ecológicos, los conflictos y las violaciones de los derechos humanos se hacen más frecuentes. Le sugerimos: Amazonia, amenazada por inversiones de miles de millones de dólares en petróleo Por esta razón valora de manera importante el Acuerdo de Escazú, el cual cataloga como un instrumento para buscar soluciones centradas en las personas y basadas en la naturaleza.
El desarrollo de diversas actividades económicas acaba con miles de hectáreas de bosque en la Amazonia brasileña. Foto: AFP El funcionario de la ONU sostiene que "como primer tratado regional sobre el medio ambiente que tiene por objeto salvaguardar el derecho de las generaciones presentes y futuras a un medio ambiente sano, el Acuerdo de Escazú proporciona instrumentos para abordar las preocupaciones ambientales más apremiantes". De acuerdo con Guterres, al mejorar el acceso a los datos, los conocimientos y la información y prever la participación de los grupos vulnerables, este instrumento defiende los valores fundamentales de la vida democrática y fomenta políticas públicas eficaces. "Cuando el Acuerdo entre en vigor y se aplique, los países estarán en mejores condiciones de preservar su patrimonio natural estratégico mediante acciones más inclusivas y orientadas a la comunidad”.