La microempresaria Yalexis Jiménez está luchando por apoyar a mujeres víctimas del conflicto armado, afrodescendientes y madres cabeza de familia en el departamento del Cesar, ofreciéndoles empleo a través de su negocio Choco Jagua, una idea que nació en 2019.
Gracias a la orientación del personal del programa Emprendimientos Productivos para la Paz (Empropaz), Jiménez ha podido crecer en su emprendimiento y ayudar a su comunidad. Desde que esta colombiana arrancó con su unidad productiva para la elaboración y distribución de productos con base en el cacao se encontró con varios obstáculos, uno de estos fue la pandemia. Sin embargo, el acompañamiento de este programa le ha permitido fortalecer su negocio por medio de la estructuración de pautas para organizar la parte económica y la asesoría para que implementara mejores formas de trabajar en equipo.
De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), entre enero de 2021 y enero de 2022 se generaron 1,58 millones de nuevos puestos de trabajo en el país, de los cuales 913.000 fueron ocupados por mujeres.
Aunque en comparación con 2020, 379.000 mujeres más consiguieron un trabajo en 2021, la tasa de desempleo para esta población es del 19,4 %, ubicándose por encima del promedio nacional que se encuentra en 14,6 %. En este contexto, Empropaz brinda orientación financiera y busca crear oportunidades para que emprendedoras y microempresarias de 89 municipios afectados por la violencia y la pobreza puedan no solamente sacar adelante sus propios negocios, sino que, además, lo hagan de una manera sostenible.
Con sus beneficios de formación en habilidades empresariales, así como la posibilidad de acceder a productos y servicios financieros en condiciones especiales, Empropaz ha atendido a 77.837 colombianas y migrantes venezolanas en los 15 departamentos donde tiene presencia; de ellas, el 40 % se dedican a actividades comerciales, el 25 % al sector de servicios y el 14 % al de transformación.
Tal es el caso de Keyla Izquierdo, una mujer venezolana y madre cabeza de familia que llegó a Colombia buscando nuevas oportunidades para sus dos hijos y su progenitora. Ella se animó a crear su propio negocio en Medellín, llamado Distrikey, una distribuidora de artículos de la industria automotriz, la cual fue robustecida a través de un crédito semilla, entregado por la entidad financiera Bancamía, de la Fundación de Microfinanzas BBVA.
Con el dinero que obtuvo, la emprendedora migrante compró una moto que le permitió entregar los pedidos a domicilio de una manera más eficiente, e incluso, contratar a alguien para que le hiciera las entregas, para así dedicarse a ampliar su base de clientes, la cual pasó de 18 a 122.
Por otro lado, recibió acompañamiento psicosocial y formación en la parte financiera que le ayudó con el crecimiento de su negocio, al punto que hoy en día cuenta con una bodega en su vivienda y, lo más importante, pudo traer a su familia de Venezuela para que disfruten con ella de esa nueva vida que ha construido como mujer empresaria en Colombia.
Desde su puesta en marcha en 2018, Empropaz ha sumado esfuerzos de la mano de Bancamía, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Corporación Mundial de la Mujer Colombia y la Corporación Mundial de la Mujer Medellín para apoyar a más de 5.600 emprendedores y microempresarios con acompañamiento socio-empresarial, capacitación especializada, así como con orientación psicosocial para quienes son migrantes.
Destacan que específicamente para las mujeres beneficiarias del componente de inclusión financiera, en el país se han desembolsado 397 mil millones de pesos en créditos y se han abierto 59.028 cuentas de ahorro.