Los delincuentes continúan haciendo de las suyas en Bogotá. Además de robar a mano armada, algunos acuden a diferentes técnicas para dejar inconscientes a sus víctimas y adueñarse de sus objetos personales.

En las últimas horas se conoció el caso de un hombre de 57 años de nombre Héctor Flores, quien denunció haber sido escopolaminado el pasado lunes 3 de enero, según él, a través de un tamal que le brindaron mientras trabajaba.

El hombre le contó a la emisora RCN Radio que, tras consumir el alimento contaminado con esa sustancia, perdió el conocimiento y duró ocho horas desaparecido, tiempo en el que estuvo dentro de su camioneta en estado de inconsciencia.

Posteriormente, fue hallado por su familia en el automotor y trasladado al Policlínico del Olaya. Afirma que su camioneta fue desvalijada y que le robaron dinero en efectivo, e incluso perdió su teléfono celular.

“Yo tengo mi Fruver y por eso hago acarreos en las plazas de mercado, se me acerca un señor y me dice que me necesita para un acarreo y le dije que si y pues no le vi problema y llevé la camioneta para empezar a empacar, cuando salimos de la plaza nos dirigimos al 20 de julio y cuando llegamos el tipo me dijo parquéese aquí y comamos algo, compró tamales y me comí el mío cuando ya fue que me dijeron que había amanecido al lado de un colegio dentro de mi carro desvalijado, me robaron todo”, narró el hombre al medio citado anteriormente.

De acuerdo con Flores, solamente la pérdidas económicas por la desvalijada de su camioneta ascienden a los ocho millones, razón por la que dijo estar preocupado, ya que el automotor era su herramienta de trabajo.

“Gracias a Dios yo estoy vivo, hay personas que las escopolaminan y nunca despiertan, yo quiero que agarren a esos delincuentes que le hacen ese daño a la gente, ahora no sé cómo voy a camellar, es terrible la inseguridad en Bogotá”, agregó a RCN Radio.

Temor en Teusaquillo

Diferentes robos se han perpetrado recientemente en la localidad Teusaquillo en Bogotá, específicamente en el barrio Galerías, donde asesinaron el pasado 24 de diciembre a la periodista bogotana Natalia Castillo por robarle su teléfono celular.

Pero recientemente se registró otro hurto, caso en el que los delincuentes se movilizaban en un taxi. De acuerdo con Noticias Caracol, los hechos ocurrieron cuando dos de los asaltantes se bajaron del automóvil con dirección a la víctima en un parque del sector, para posteriormente amenazar al joven y robarle su celular.

Esto sucedió a sólo cuatro cuadras del sitio en el que Natalia Castillo fue asesinada. No obstante, sus desplazamientos quedaron grabados en varias cámaras de vigilancia del sector.

En días pasados se dio a conocer que las autoridades policiales analizan si estos actos violentos son cometidos por los mismos integrantes de una banda de delincuentes que se moviliza en un carro gris, que mantiene en jaque a los habitantes de esta zona de Bogotá, y que le arrebataron la vida con un arma de fuego a la también asesora de la Organización de las Naciones Unidas en Colombia para la Droga y el Delito (UNODC).

Según la versión de varios vecinos, y que fue recogida por el canal de noticias CityTv, las características físicas de los delincuentes coinciden con las que se observan en los videos de los hombres que atacaron a Castillo, a la salida de un bar hace una semana.

Durante el mes de diciembre, los robos se dispararon en el barrio Galerías, sobre todo en restaurantes, comercios, droguerías, y ferreterías, denunció Juan Carlos Maldonado, presidente de la Junta de Acción Comunal, quien alertó que en esta zona la actividad comercial es constante de día y de noche, y que los vecinos ni los ciudadanos que vienen de otras zonas de Bogotá se sienten seguros.

“Hay dos bandas, una de carro gris que fue la que mató a la niña Castillo, y otros que andan en un carro rojo que hace unos días atracaron en una ferretería a plena luz del día”, aseguró Maldonado.

Julia Rivera, otra vecina, le recordó a la Alcaldía de Teusaquillo que no solo los usuarios de los bares y restaurantes están afectados con la inseguridad. “Muchos habitantes están en grave peligro por los robos”, agregó la ama de casa.