El Espíritu Santo es Dios. Es el tercer miembro de la Trinidad, compuesta por Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Según el portal Biblia Online, en el libro de Efesios se lee que el Espíritu Santo es el sello que identifica a los hijos de Dios y la garantía de que recibirán la herencia de la vida eterna.

Hay quienes creen que el Espíritu Santo es solo una energía positiva, pero en realidad es más que eso. Es Dios mismo y su poder en acción. Se dice que cuando se mueve, todo cambia y su presencia transforma a personas y situaciones.

En resumen, el Espíritu Santo es la presencia de Dios en cada persona y cumple con varias tareas en la vida del creyente. La primera es consolarlo y enseñarlo. Ante las dificultades ayuda en el fortalecimiento y orienta para que la persona actúe conforme a la voluntad de Dios.

Invocar al Espíritu Santo para que se manifieste puede hacerse a través de la oración. | Foto: Getty Images

También ayuda a identificar la injusticias, por ejemplo. Por esta razón, hay muchas personas conscientes de las necesidades y las injusticias que existen en el mundo y si buscan genuinamente a Dios, el Espíritu Santo los ayudará a entender que es posible ayudar a transformar sus vidas y su entorno.

Pero, no siempre se sabe cómo orar para que se manifieste en la vida. El padre Diego Jaramillo, del Minuto de Dios, en una de sus prédicas, hizo referencia sobre cómo se puede llamarlo y mencionó que sólo se necesitan tres palabras: “Ven Espíritu Santo”.

Una de las formas de hacerlo es con la siguiente oración:

Oración al Espíritu Santo

Ven, Gran Espíritu Divino, manda tu hermosa luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndidos;

luz maravillosa que penetras las almas; fuente del mayor de los consuelos.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro gran esfuerzo,

tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas reconforta en los tristes duelos.

El Espíritu Santo es la tercera persona en la Trinidad. | Foto: Constantine Johnny

Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro;

mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,

lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos;

por tu bondad y gracia dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

Amén.

El Espíritu Santo está en cada persona, pero no siempre se manifiesta. | Foto: Getty Images

Otra opción para invocar al Espíritu Santo

Sopla sobre mí, Espíritu Santo,

para que todos mis pensamientos sean santos.

Actúa en mi, Espíritu Santo,

para que también mi trabajo sea santo.

Induce mi corazón, Espíritu Santo,

para que ame solamente a aquello que es santo.

Fortaléceme, Espíritu Santo,

para defender todo lo que es santo.

Guárdame, Espíritu Santo,

para que yo siempre sea santo.

¡Amén!