Una de las tradiciones más esperadas por los colombianos cuando se acerca la temporada de fin de año es la novena de aguinaldos, en la que familias, amigos y vecinos se reúnen no solo para rezar, sino para cantar villancicos al son de las panderetas. Por supuesto, no pueden faltar la natilla y los buñuelos para compartir.
Aunque hay quienes saben de memoria cómo rezar la novena, hay otros seguidores de esta tradición que poco conocen de ella. De ahí, la necesidad de explicar cómo hacerlo de la manera correcta:
- Oración para todos los días
- Consideración del día
- Oración a la Santísima Virgen
- Oración a San José
- Gozos
- Oración al Niño Jesús
Consideración del Día Primero
Aunque la mayoría de las oraciones se repite un día tras otro, desde el 16 de diciembre hasta la Nochebuena, cuando se celebra el nacimiento del Niño Jesús, la consideración del día varía. A continuación, la del viernes:
En el principio de los tiempos, el Verbo reposaba en el seno de su Padre en lo más alto de los cielos; allí era la causa, a la par que el modelo de toda la creación. En esas profundidades de una incalculable eternidad permanecía el Niño de Belén antes de que se dignara bajar a la Tierra y tomara visiblemente posesión de la gruta de Belén. Allí es donde debemos buscar sus principios que jamás han comenzado; de allí debemos datar la genealogía de lo eterno, que no tiene antepasados y contemplar la vida de complacencia infinita que allí llevaba.
La vida del Verbo eterno en el seno de su Padre era una vida maravillosa y, sin embargo, ¡misterio sublime!, busca otra morada, una mansión creada. No era porque en su mansión eterna faltase algo a su infinita felicidad, sino porque su misericordia infinita anhelaba la redención y la salvación del género humano, que sin Él no podría verificarse. El pecado de Adán había ofendido a Dios y esa ofensa infinita no podía ser condonada sino por los méritos del mismo Dios. La raza de Adán había desobedecido y merecido un castigo eterno; era, pues, necesario para salvarla y satisfacer su culpa, que Dios, sin dejar el cielo, tomase la forma del hombre sobre la Tierra y con la obediencia a los designios de su Padre expiase aquella desobediencia, ingratitud y rebeldía.
Era necesario, en las miras de su amor, que tomase la forma, las debilidades e ignorancias sistemáticas del hombre; que creciese para darle crecimiento espiritual; que sufriese, para enseñarle a morir, a sus pasiones y a su orgullo. Y por eso el Verbo eterno, ardiendo en deseos de salvar al hombre, resolvió hacerse hombre también y así redimir al culpable.
El origen de la novena
Es una de las tradiciones más antiguas de la cultura colombiana, constituida por la fe católica y se remonta al siglo XVIII. Su precursor original fue el monje franciscano ecuatoriano Fray Fernando de Jesús Larrea, quien escribió la primera novena a petición de Clemencia Gertrudis de Jesús Cayzedo Vélez Ladrón de Guevara de Aróstegui y Escoto, quien fue la fundadora del Colegio de La Enseñanza en Bogotá.
Fray Fernando redactó en el año de 1743 los primeros diez ejemplares de la novena, con el fin de que los feligreses celebraran con oraciones y alabanzas los días previos al nacimiento de Jesús.
Desde entonces, la tradición se ha mantenido durante varias generaciones en algunas partes de Latinoamérica. Colombia, por ejemplo, es uno de los países donde más se rezan las novenas de aguinaldos. Los otros dos son Ecuador y Venezuela, en algunas de sus poblaciones. En Europa, por ejemplo, no es motivo de celebración.