Unas 160.000 personas murieron el pasado año a causa de la contaminación atmosférica en las cinco ciudades más pobladas del mundo, entre ellas Sao Paulo y Ciudad de México, a pesar de que la calidad del aire mejoró en algunos lugares por el confinamiento generado por la pandemia. Así lo determina un estudio realizado por la organización internacional Greenpeace, en el que se concluye que la capital más contaminada del planeta fue Nueva Delhi, donde se estima que unas 54.000 personas perdieron la vida debido a la toxicidad de las partículas PM2.5 suspendidas en el aire, según el informe de la organización ambientalistas en el sureste asiático. En Tokio, habrían fallecido otras 40.000 personas y el resto en Shanghái, Sao Paulo y Ciudad de México, según este informe, que se centró en el impacto de las partículas microscópicas PM2.5 que se producen con la combustión de combustibles fósiles. Las partículas PM2.5 están consideradas como las más dañinas para la salud. Afectan al corazón y los pulmones y aumentan las probabilidades de sufrir ataques de asma. Le recomendamos: Fallo histórico: contaminación ambiental contribuyó a la muerte de una niña La investigación efectuada en 41 ciudades en todo el mundo dio cuenta de la cantidad de muertes evitables detrás de la contaminación del aire y estimó, además, los elevados costos económicos que afrontan las naciones por este motivo.
Ciudad de México es una de las ciudades latinoamericanas con peores condiciones en la calidad del aire. Foto: AFP Los datos fueron elaborados teniendo en cuenta el sistema IQAir, desarrollado por el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, que utiliza información de calidad del aire en tiempo real, combinados con modelos científicos, así como datos de población y salud. En total, el costo económico estimado de la contaminación atmosférica por PM2.5, en catorce ciudades incluidas en el análisis, superó los 195.800 millones de dólares. Los combustibles de los vehículos motorizados, principalmente el de los buses y camiones, genera tóxicos perjudiciales para la salud y uno de los más relevantes es el material particulado MP2.5. De acuerdo al informe, si bien algunas ciudades vieron pequeñas mejoras en la calidad del aire como resultado de las restricciones generadas por la covid-19, el impacto devastador de la contaminación del aire subraya la necesidad de aumentar rápidamente el uso de energías limpias, avanzar hacia sistemas de transporte eléctricos y terminar con la dependencia de los combustibles fósiles. Le sugerimos: Calidad del aire en Colombia se verá afectada por ocurrencia de incendios Tatiana Céspedes, coordinadora de Campañas de Greenpeace Colombia, señaló que cuando los gobiernos eligen el carbón, el petróleo y el gas en lugar de las energías limpias, es la salud de las personas las que paga ese precio. "La contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles aumenta nuestra probabilidad de morir de cáncer o accidente cerebrovascular, sufrir ataques de asma y experimentar complicaciones severas por covid-19. No podemos permitirnos seguir respirando aire sucio cuando las soluciones para la contaminación del aire están ampliamente disponibles” En el caso de Bogotá, por ejemplo, la principal fuente de emisiones contaminantes está precisamente relacionada con los automóviles, camiones y fábricas. Los vehículos, además de emitir este material particulado (PM 2.5), liberan grandes cantidades de gases como el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2), “Por la contaminación atmosférica, los ciudadanos de Bogotá están expuestos a enfermedades respiratorias graves, a problemas en el desarrollo cognitivo por falta de oxígeno en los pulmones y afecciones en los sistemas reproductivos. Además estas partículas, las PM2.5, son altamente cancerígenas, lo que conduce a un aumento de los casos de cáncer, particularmente de los pulmones”, explicó Céspedes.
La calidad del aire en Bogotá se efecta de manera importante especialmente en los primeros meses del año. Foto: Guillermo Torres Por otro lado, Céspedes señaló que a pesar de las características de la capital del país, por su altura y la intensidad de sus vientos, los vehículos que pueblan las carreteras a menudo contrarrestan estos beneficios naturales con su terrible emisión de gases de escape. "Hay una gran cantidad de automóviles y camiones, muchos que funcionan con combustible diésel y motores obsoletos, que representan una constante fuente de contaminación”. Le puede interesar: Distrito renovará índice que mide la calidad del aire en la ciudad Greenpeace insta a los gobiernos a todos los niveles a invertir en fuentes de energía renovables, como la eólica y solar, y en transporte público accesible y con energía limpia para proteger a los residentes de la letal contaminación del aire.