Este jueves se dio a conocer el informe sobre el Índice de Inversión Social Privada en el país durante el año pasado, en el cual participaron 72 compañías; las cuales dijeron haber invertido cerca de 857.000 millones de pesos. Alpina, Natura, Cementos Argos, Postobón, ISA, Bavaria, Telefónica -Movistar, Corona, Grupo Nutresa y Grupo Éxito, fueron las empresas que lideraron el mencionado ranking al cierre del año pasado, de acuerdo con la muestra analizada. Esta medición es realizada por la firma Jaime Arteaga & Asociados y evidencia que cada día es mayor el número de compañías interesadas en destinar recursos para el desarrollo de proyectos sociales que benefician a un importante número de comunidades. En el ranking anterior participaron 66 empresas y las inversiones fueron cercanas a los $400.000 millones. Lea también: El índice empresarial que mide la inversión social de las compañías Los sectores de hidrocarburos, financiero y de alimentos y bebidas fueron los tres de mayor participación en dichas inversiones, seguidos de minería, energía, telecomunicaciones y construcción. Jaime Arteaga, presidente de la compañía ejecutora del Índice, dice que el monto total de inversión de las organizaciones analizadas representa el 25% del presupuesto anual del Sena; 27% de los recursos del Departamento de la Prosperidad Social (DPS), es 2,4 veces mayor que el presupuesto anual de Colciencias y 2,6 más grande que el del Ministerio de Ambiente. Estos datos resultan muy dicientes, pues evidencian el papel que juega el sector privado en las diferentes zonas y comunidades en las que desarrollan sus actividades. Ha tomado tal importancia el tema de destinación recursos a los temas sociales, que el 82% de las compañías que hicieron parte de la medición cuenta con un comité de reputación o ética en su junta directiva, mientras que el 96% afirma tener estrategias definidas para dirigir su contribución a la comunidad y el 44% tiene mecanismos para evaluar el retorno de la inversión social. En 2018 era 37%. Grandes retos El trabajo realizado les permitió, según Arteaga, identificar tres retos que tiene no solo el país, sino el sector privado. El primero de ellos es la migración, pues según encuesta de Semana Rural y Usaid, 39% de los venezolanos no planea volver a su país; otro 40% prevé regresar cuando la situación de la vecina nación mejoren, 25% dice que ya no le queda ningún familiar allá y 54% planea traer a sus familiares en menos de 12 meses. Ante esta problemática, el 18% de las grandes empresas ya cuentan con programas de inclusión laboral para venezolanos. El segundo reto está relacionado con la diversidad e inclusión; pues es necesario tener en cuenta la creciente población de personas LGBTI que ya superan los 3,3 millones; los grupos étnicos y las mujeres, pues son poblaciones que aún no ganan la suficiente representatividad en las compañías. Le puede interesar: Las dos caras de la responsabilidad social Un último desafío es la transición del conflicto, pues más allá de la filantropía, el sector privado trabaja en un compromiso estratégico para lograr la estabilidad del mercado y de la democracia, precisa Arteaga. La metodología utilizada involucra cinco dimensiones con las que determinan qué tan alineada es la inversión social privada con el modelo de negocios de las empresas, además de conocer la gestión que hacen las compañías internamente para llevar a cabo los proyectos sociales, la articulación que buscan con terceros, las acciones que enfocan en poblaciones vulnerables y rurales y las empresas más reconocidas por sus actividades de ISP y RSE, explica Anamaría Martínez, subdirectora de reputación corporativa de JA&A. Estas dimensiones son: alineación, gestión de la inversión, sinapsis, focalización y reconocimiento. En el marco del evento de presentación de los resultados del estudio, también se realizó el panel “Las oportunidades de nuevos negocios que tienen las regiones que han sido afectadas por la violencia”, del que participaron Martha Aponte, subdirectora de la Misión Usaid Colombia; León Teacher, miembro de diversas juntas directivas y Ricardo Sabogal, experto en tierras. También fue escenario para que Steve Schmida, cofundador y director general de Resonance Global, presentara su conferencia “Una economía naranja más inclusiva”.