Una menor de siete años es acusada en Roma, Italia, de presuntamente preparar dosis de cocaína que luego eran vendidas por su madre y abuela, según indicó la prensa local.

La investigación de las autoridades indicó que la niña diariamente acompañaba a su madre en automóvil en su recorrido para vender la droga y además servía como vigía, es decir, se encargaba de vigilar un lugar desde un punto apropiado.

Aseguran que dicha familia italiana llegaba a obtener hasta 2.000 euros (2.200 dólares) diarios. Ahora, detenidas junto a otras seis personas durante una redada cerca de Roma, serán judicializadas por tráfico de drogas, blanqueo de dinero y explotación de menores, según precisó la Fiscalía italiana.

En ese mismo país, ocurrió un caso que generó consternación entre los católicos, luego de que un sacerdote también resultó involucrado en un tema relacionado de drogas, robo y hasta orgías.

Luego de la detención en septiembre del sacerdote italiano Francesco Spagnesi, ahora el mundo conoció cuál fue la condena que tendrá que pagar este párroco, quien sorprendió al mundo entero con sus actuaciones.

Hace poco más de dos meses, el mundo se enteró del destino que en la ciudad de Prato, en la región italiana de la Toscana, Spagnesi, le daba a los dineros de los feligreses de la iglesia que dirigía, la Anunciación de Castellina. El escándalo se confirmó luego de las declaraciones dadas por el religioso, quien además pidió perdón.

Al parecer, el hombre utilizaba las ofrendas de los fieles para organizar fiestas sexuales con drogas como cocaína. “La droga me hizo traicionar a mis feligreses, me hizo decir mentiras, me hizo tomar acciones de las que me avergüenzo. Ahora soy VIH positivo. Les pido perdón a todos (...) La cocaína me destruyó y venderé todo lo que tengo, incluso mi casa de montaña, para devolverles el dinero a mis parroquianos”, fueron las declaraciones de Spagnesi cuando fue detenido, expresando que pedía perdón y que pretendía devolver el dinero robado.

Tras su captura, fue señalado de tráfico de drogas y malversación de fondos, y este 10 de diciembre medios internacionales informaron que fue condenado a tres años y ocho meses de cárcel por los delitos mencionados. Se estableció que la pena final fue el resultado de la negociación del religioso con las autoridades tras confesar su culpabilidad. Aunque este hombre, quien luego de ser detenido confesó que era portador de VIH, tenía una denuncia por tener sexo sin protección con otras personas sin haberles dicho de su diagnóstico, esta habría sido retirada y no fue juzgado por esta situación.

Esta no sería la única penalidad impuesta por las autoridades italianas a Spagnesi. A modo de reparación por el dinero robado a sus feligreses, al religioso tendrá que pagar 338 mil dólares y cumplir los más de tres años de privación de la libertad en medio de un centro de rehabilitación, lugar donde deberá tratar su adicción a las drogas. Aunque se estima que los dineros apropiados por el condenado habrían sumado aproximadamente 200 mil dólares.

Luego de la detención del sacerdote, algunos de sus abogados habían declarado para medios locales que este hombre tenía “graves” problemas con la drogadicción. “El enorme consumo de cocaína hizo que se despegara de la realidad al punto de hacerle vivir una doble vida”, habría indicado Federico Febbo, un abogado de Spagnesi, para el Corriere della Sera.