Se ha vuelto común que los ladrones usen prendas privativas de la Policía Nacional para llevar a cabo robos en diferentes regiones del país. El caso más reciente ocurrió en Barranquilla. El pasado viernes 28 de enero, a eso de las 3:30 p. m., a un hombre le robaron 60 millones de pesos mientras se encontraba en una sede de Bancolombia, ubicada en el paseo Bolívar.

Aseguran que el hombre estaba en ese banco listo para consignar los 60 millones que tenía en su poder. De un momento a otro llegó un delincuente, vestido de policía, y luego de distraerlo lo amenazó con un arma de fuego para que le entregara el dinero.

Posteriormente, con el dinero en su poder, el ladrón salió hacia la calle, donde era esperado por otros delincuentes que se movilizaban a bordo de tres motos.

Ahora, las autoridades analizan las cámaras de seguridad de la zona para tratar de identificar a los responsables de este millonario hurto, el cual se cometió en una zona donde se supone está prohibida la circulación de motocicletas.

Y es que la seguridad no da tregua en Barranquilla. El pasado domingo 30 de enero, tres sujetos armados ingresaron al supermercado Mega Tienda, dentro del Centro Comercial Único, amenazaron a los empleados del establecimiento y, posteriormente, los ataron para cometer su acto criminal.

De acuerdo con el informe entregado por las autoridades, los delincuentes llegaron al establecimiento comercial ubicado en calle 74 con calle 41, en la ciudad de Barranquilla. Posteriormente, con armas de fuego, intimidaron a los empleados del supermercado Mega Tienda, justo después de haber cerrado las operaciones durante la noche.

Según informó la emisora W Radio, el robo habría ocurrido hacia las 9:00 p. m., por lo que el centro comercial aún se encontraba abierto al público y contaba con guardias activos, así como personas caminando por los pasillos. Sin embargo, los delincuentes no encontraron ningún tipo de resistencia mientras amenazaron a sus víctimas, las amordazaron y robaron el dinero correspondiente a lo producido durante la jornada.

Los sujetos que protagonizaron el crimen se habrían llevado las tulas de monedas con las que surtirían los cajeros del establecimiento. Así mismo, según contaron testigos al medio citado, la seguridad del supermercado no habría hecho ningún intento para detenerlos.

En ese sentido, de acuerdo con las primeras declaraciones hechas por las autoridades, se investigará la razón por la que el personal de seguridad que presta sus servicios al supermercado no reaccionó de ninguna manera durante el robo.

En cuanto a la totalidad del dinero hurtado, está no fue confirmada por las víctimas de este hecho.

La semana pasada, otro hecho encendió las alarmas sobre los problemas de seguridad en el Atlántico. Un hombre que, a pesar de haber sido baleado por sicarios, apuñaló a un motociclista por no llevarlo al hospital.

La historia de total inseguridad e intolerancia se registró en el municipio de Soledad, Atlántico, donde un hombre que había resultado herido tras un ataque sicarial acudió a un motociclista para que lo ayudara; sin embargo, ante la negativa del motorizado para llevarlo a un centro asistencial, terminó apuñalándolo.

De acuerdo con el reporte preliminar de la Policía local, el caso tuvo lugar en el barrio Prado. La persona que resultó herida en el ataque perpetrado por sicarios fue identificada como Arnold Enrique Silva Cortés, de 36 años, quien fue impactado con arma de fuego por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta.

Herido tras el ataque, al parecer Silva Cortés acudió a un motociclista que transitaba por la zona para que lo llevara a un centro asistencial, pero esa persona le dio una respuesta negativa y no accedió a transportarlo.

En un abrir y cerrar de ojos, la víctima se convirtió en victimario cuando, en una muestra de violencia e intolerancia, apuñaló al motociclista simplemente porque no quiso transportarlo.

Finalmente, ambos heridos, tanto Cortés como el motociclista, fueron conducidos a la Clínica Adelita de Char. Con respecto al primero, fue capturado a raíz de la lesión provocada a la segunda víctima.